Nieves Sebastián Mongares
Como explica la Dra. Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Médica (Sepsm), los avances en medicina de precisión en psiquiatría son más lentos que en otras especialidades por la complejidad del cerebro. En este sentido, dadas las necesidades no cubiertas, una de las áreas en las que urge más avanzar en investigación es en el área de trastorno mental grave. En este sentido, avances en investigación como la iclepertina en esquizofrenia, que se dirige a los síntomas cognitivos, junto con la psicoterapia, la rehabilitación neurocognitiva y psicosocial y el apoyo del entorno, suponen un punto de inflexión en el manejo de estas patologías.
Además, como reclaman desde la Sepsm, estos avances en investigación deben ir acompañados de un aumento en el número de profesionales para dar respuesta a la creciente demanda de casos de trastornos de salud mental. Así, tras su reciente nombramiento como presidenta de la Sepsm, la Dra. Díaz Marsá repasa el escenario actual y los retos pendientes en el campo de la psiquiatría en esta entrevista concedida a iSanidad realizada con el apoyo de Boehringer Ingelheim.
Durante el Congreso Anual de Psiquiatría fue nombrada presidenta de la SEPSM. ¿Cuáles son los principales objetivos o líneas estratégicas que se marca en su cargo al frente de la entidad?
La SEPSM tiene que estar al servicio de los socios y de los pacientes. Para ello, junto con el comité ejecutivo, en un momento difícil para la psiquiatría, queremos consolidar y dignificar la psiquiatría como una especialidad médica que reconoce el origen biopsicosocial de la enfermedad mental y cuyo fin es el diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales desde la evidencia científica y desde el respeto a los derechos humanos de los pacientes; desestigmatizar la figura del Psiquiatra, reconociendo su labor como médico y su abordaje holístico en el tratamiento y prevención de las enfermedades psiquiátricas teniendo en cuenta que su práctica tiene como objetivo la integración plena, tanto social como laboral, de las personas con trastorno mental.
“Queremos consolidar y dignificar la psiquiatría como especialidad médica que reconoce el origen biopsicosocial de la enfermedad mental y cuyo fin es el diagnóstico y tratamiento desde la evidencia científica y el respeto a los derechos humanos”
Además, queremos potenciar la práctica de la psiquiatría centrada en la persona, utilizando las técnicas y tratamientos más innovadores y con evidencia científica contrastada, asegurando entornos que faciliten la mejor asistencia y dignifiquen el trato de las personas con trastorno mental, involucrando al paciente y teniendo en cuenta sus decisiones y sus valores, así como continuar en la lucha contra el estigma de las enfermedades mentales.
Es también otro de nuestros objetivos, difundir el sentido y los avances de la Psiquiatría a la sociedad, a las asociaciones de familiares, pacientes, a otros profesionales y a los políticos y administraciones públicas para mejorar la asistencia a las personas con trastorno mental. Y como decía al inicio, el servicio y la cercanía a los socios es fundamental; en este sentido, hemos puesto en marcha una serie de iniciativas para acompañar a los compañeros que tienen que hacer frente a la salud mental de las personas afectadas por las inundaciones de la DANA.
Uno de los temas que se abordó durante la inauguración de este encuentro fue el aumento de la demanda de atención en salud mental y el déficit de profesionales para hacerle frente. ¿Qué sugerencias proponen desde la SEPSM para dar respuesta a este problema en el corto, medio y largo plazo? ¿Considera que es necesario invertir y trabajar en estas patologías de manera más específica?
Para dar respuesta a la creciente demanda hay que invertir más en salud mental. Hay que igualar la cifra de psiquiatras al de la mayoría de los países europeos. En España, la media de psiquiatras es de 12 por cada 100.000 habitantes frente a los 18 psiquiatras con los que cuentan el promedio de los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La ratio óptima para una adecuada atención estaría entre 13 y 15 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, por lo que sería necesario incorporar entre 370 y 565 psiquiatras hasta el año 2026. Sin embargo, en este momento existe una escasez de psiquiatras por lo que habría que establecer estrategias para retener a los profesionales mejorando sus condiciones de laborales y económicas, favorecer el retraso de la jubilación y acelerar la homologación de psiquiatras extracomunitarios.
“En este momento existe una escasez de psiquiatras por lo que habría que establecer estrategias para retener a los profesionales mejorando sus condiciones de laborales y económicas”
Si tenemos en cuenta que cerca del 29% de la población sufre un trastorno mental, esta escasez de profesionales están llevando el sistema sanitario español a una situación crítica. Además, las enfermedades mentales, no solo representan un grave impacto en la vida de los pacientes, sino que, suponen una carga económica y social insostenible. Por lo tanto, se deben tomar medidas de forma inmediata y la inversión en salud mental es una prioridad.
Finalmente, desde la SEPSM vemos necesario reforzar la coordinación entre servicios sanitarios y sociales, mejorar el registro de datos, implementar un modelo de atención colaborativo con Atención Primaria y promover el apoyo en centros educativos y laborales para mejorar la salud mental de la población.
Además de la demanda, existe un interés creciente por la salud mental, también desde una perspectiva de bienestar emocional. ¿Puede esto quitar foco o importancia a patologías catalogadas como trastorno mental grave? ¿Se debería invertir o trabajar más en trastorno mental grave?
Es cierto que la mayor concienciación sobre la importancia de la salud mental ha generado un crecimiento significativo en las consultas especializadas. Cada vez más personas reconocen la necesidad de cuidar su bienestar emocional y psicológico, lo que lleva a buscar apoyo profesional. Por otra parte, la ‘psiquiatrización de los malestares emocionales de la vida cotidiana’ y la disminución de la resiliencia en la población, es decir, la capacidad de gestionar autónomamente las adversidades aumenta las listas de espera en detrimento de la atención a los trastornos mentales más graves que requieren tratamientos más intensivos y prolongados. Para garantizar una adecuada respuesta, se requerirían recursos específicos y diferenciados para abordar los trastornos mentales más leves, sin comprometer la calidad de la atención destinada a las patologías graves.
“La ‘psiquiatrización de los malestares emocionales de la vida cotidiana’ y la disminución de la resiliencia en la población, aumenta las listas de espera en detrimento de la atención a los trastornos mentales más graves que requieren tratamientos más intensivos y prolongados”
En los últimos años, en el campo de la psiquiatría se están logrando avances en investigación para múltiples necesidades no cubiertas en trastornos mentales graves que abarcan desde la depresión hasta la esquizofrenia. ¿Qué hallazgos en investigación destacaría y cuáles son las áreas con necesidades no cubiertas más urgentes?
Destacaría el avance en identificar marcadores biológicos asociados a los trastornos mentales, el avance en tratamientos farmacológicos cada vez más eficaces y con menos efectos secundarios, la innovación en psicoterapia y la concienciación de la necesidad de la intervención precoz desde programas multidisciplinares que impidan el deterioro vinculado a algunas enfermedades psiquiátricas y que tengan como objetivo la integración laboral y social plena de las personas afectadas.
“Hay que seguir avanzando en la identificación de biomarcadores, en los factores genéticos y en los factores ambientales determinantes de las enfermedades mentales, así como en prevención”
A pesar de ello, todavía hay que seguir avanzando en la identificación de biomarcadores, en los factores genéticos y en los factores ambientales determinantes de las enfermedades mentales, así como en medidas de prevención. De entre las medidas de prevención destacaría planes de prevención del suicidio, disminución del consumo de cannabis y de otros tóxicos y favorecer el uso racional de las redes sociales favoreciendo los vínculos interpersonales.
Además de a nivel farmacológico, también se avanza cada vez más hacia un abordaje holístico de las patologías psiquiátricas. ¿Qué importancia tiene adoptar un enfoque que tenga en cuenta las características de cada caso? ¿Se ha visto o registrado ya el impacto de adoptar este manejo orientado a la psiquiatría de precisión?
La medicina personalizada pretende mejorar el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades a través de la identificación de los factores genéticos, de los biomarcadores, de los factores epigenéticos, de los factores ambientales y del estilo de vida que tienen relevancia en la presentación y en el abordaje de un trastorno mental. Aunque esto es ya una realidad en muchas áreas terapéuticas, en el ámbito de las neurociencias queda mucho por avanzar ya que la complejidad de cerebro impide que se evolucione con mayor rapidez. En un futuro la psiquiatría de precisión nos permitirá predecir la vulnerabilidad individual a sufrir diferentes trastornos, identificar las poblaciones de riesgo, alcanzar diagnósticos más precisos y diseñar un tratamiento a la medida de cada paciente.
“En un futuro la psiquiatría de precisión nos permitirá predecir la vulnerabilidad individual a sufrir diferentes trastornos, identificar las poblaciones de riesgo, alcanzar diagnósticos más precisos y diseñar un tratamiento a la medida de cada paciente”
Si bien ya existen muchos medicamentos para tratar los síntomas positivos como son los antipsicóticos, existe una importante necesidad médica no cubierta de tratamientos eficaces para los síntomas negativos y cognitivos. Se estima que entre el 60 y el 80% de los pacientes con esquizofrenia sufren deterioro cognitivo, cuya sintomatología afecta directamente a su atención, memoria y capacidad de concentración. Además, existe una correlación directa entre el grado de deterioro cognitivo y el grado de funcionalidad en la vida diaria. ¿Cuáles son las principales líneas de investigación o soluciones en las que se está avanzando?
En este ámbito, se está investigando fármacos cuya acción vaya más allá de los tratamientos tradicionales, que basaban su actividad en bloquear los efectos de la dopamina.
Actualmente, parece prometedor el desarrollo de un nuevo tratamiento para la esquizofrenia dirigido al receptor acoplado a proteína G (GPCR52), que tiene el potencial de abordar los tres síntomas de la esquizofrenia (positivos, negativos y cognitivos) proporcionando un novedoso tratamiento de precisión. El mecanismo de acción se basaría en la localización de este receptor en las dos zonas del cerebro relacionados con los síntomas positivos (el cuerpo estriado) y los negativos y cognitivos (la corteza prefrontal). El agonismo del GPR52 regularía la actividad en el cuerpo estriado al tiempo que potenciaría la función cortical frontal.
También se están desarrollando otras moléculas que actuarían sobre neuronas gabaérgicas y glutamatérgicas. De hecho, está en desarrollo un nuevo tratamiento para los síntomas cognitivos asociados a la esquizofrenia, que actuaría por vía glutamatérgica. La molécula que se encuentra en fase de investigación avanzada se denomina iclepertina y es un inhibidor selectivo del transportador de glicina Tipo 1, que aumentaría la concentración de glicina en la hendidura sináptica. Esta glicina actúa como coagonista, produciendo la activación de los receptores NMDA, cuya hipofunción se ha relacionado con los síntomas cognitivos asociados a la esquizofrenia.
“Está en desarrollo un nuevo tratamiento para los síntomas cognitivos asociados a la esquizofrenia, que actuaría por vía glutamatérgica; se encuentra todavía en fase de investigación, se denomina iclepertina y es un inhibidor selectivo del transportador de glicina Tipo 1, que aumentaría la concentración de glicina en la hendidura sináptica”
La integración de estas terapias farmacológicas con la psicoterapia, la rehabilitación neurocognitiva y psicosocial, el apoyo familiar y el uso de tecnologías, permitirá proporcionar tratamientos más completos y personalizados que no estén dirigidos solo a la reducción de los síntomas, sino que mejoren la calidad de vida del paciente
¿Por qué es necesario un nuevo enfoque que ponga al paciente en el centro y ofrezca soluciones altamente individualizadas más allá del tratamiento farmacológico?
En mi opinión, el paciente siempre ha estado en el centro de la atención, la relación médico paciente es el núcleo de la asistencia psiquiátrica y el abordaje biopsicosocial es nuestro ADN. Los psiquiatras siempre hemos tenido en mente realizar un tratamiento integral abordando los aspectos biológicos, psicológicos, personales y sociales de cada individuo con el objetivo de asegurar una vida más digna, con mejor calidad de vida y con plena integración.
Ocasionalmente, la presión asistencial que dificulta la práctica de la psicoterapia en nuestras consultas o la falta de coordinación con los recursos sociales ha podido incidir en que los tratamientos hayan sido deficitarios. Ahora lo que cambia y en lo que estamos trabajando, es en la implicación de la persona con trastorno mental en la toma de decisiones y en el diseño de las estrategias terapéuticas desde su experiencia, lo que se ha venido llamando psiquiatría basada en valores o humanización de la asistencia, que pone aún más en el centro a la persona.
“Estamos trabajando, es en la implicación de la persona con trastorno mental en la toma de decisiones y en el diseño de las estrategias terapéuticas desde su experiencia, lo que se ha venido llamando psiquiatría basada en valores o humanización de la asistencia”
Teniendo en cuenta los temas abordados y el contenido de este congreso anual, ¿Cuáles considera que son los principales retos que enfrenta la especialidad de psiquiatría en el momento actual?
Nuestros retos tienen que ver con la identificación de marcadores biológicos que mejoren los diagnósticos y aseguren la innovación terapéutica, con el aumento de recursos que aseguren la equidad en la asistencia en todo el territorio nacional fortaleciendo la red asistencial de salud mental y mejorando su accesibilidad, con el establecimiento de estrategias nacionales que aseguren la intervención precoz en la patología mental , la prevención en centros educativos y laborales, la integración laboral y social de las personas con trastorno mental y la lucha contra el estigma. Tiene que ver también con la digitalización y con la aplicación de la Inteligencia Artificial en la investigación y en la asistencia.
“Nuestros retos tienen que ver con la identificación de marcadores biológicos que mejoren los diagnósticos y aseguren la innovación terapéutica, así como con la equidad en la asistencia”
A ello se une, ante algunas voces que de nuevo cuestionan la práctica psiquiátrica, la consolidación de la Psiquiatría como una especialidad médica que trabaja desde la evidencia científica y desde el respeto a los derechos humanos, así como desestigmatizar la figura del Psiquiatra, reconociendo su labor como médico y su abordaje holístico desde la práctica de la psicoterapia y de los tratamientos biológicos. También hay que poner el acento en la concienciación de la adecuada utilización de las redes sociales por parte de la población adolescente; en la reducción del consumo de cannabis, alcohol y otros tóxicos; en la mejora de la conciliación laboral que asegure una crianza adecuada y en la mejora de los aspectos de precariedad económica que pueden precipitar la aparición de enfermedades mentales en aquellas personas biológicamente vulnerables.