Redacción
La obesidad, una enfermedad crónica que afecta a casi una quinta parte de la población adulta en España, supone un gasto anual de más de 5.400 millones de euros en atención primaria. Esto representa el 17,1% del presupuesto total de este nivel asistencial. Este dato, presentado en el XX Congreso Nacional de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), subraya la necesidad de implementar estrategias efectivas para controlar una de las mayores epidemias de nuestro tiempo.
Además del impacto económico, los estudios presentados por Lilly durante el congreso revelan que los pacientes con obesidad requieren una atención médica significativamente mayor que el resto de la población. En promedio, una persona con obesidad acude 22 veces al año a su médico de familia, casi el doble de las 12,6 consultas que realiza un adulto sin esta condición. Sin embargo, el diagnóstico de obesidad sigue infrarregistrado. Cerca del 46% de las personas con un índice de masa corporal igual o superior a 30 kg/m² no tienen esta condición reflejada en su historia clínica, lo que podría estar limitando su acceso a tratamientos especializados.
Las complicaciones asociadas a la obesidad afectan a nueve de cada diez pacientes diagnosticados
Las complicaciones asociadas a la obesidad, que afectan a nueve de cada diez pacientes diagnosticados, agravan tanto su estado de salud como la gestión clínica. Entre las patologías más frecuentes destacan la hipertensión, la diabetes tipo 2 y los problemas cardiovasculares, que requieren intervenciones complejas y prolongadas. Según los datos expuestos, el 93% de las personas con obesidad recibe tratamiento farmacológico para abordar estas enfermedades asociadas.
En el ámbito hospitalario, la carga económica también es notable. Las hospitalizaciones relacionadas con esta enfermedad, especialmente en casos de obesidad de grado 3, generaron un coste adicional de casi 80 millones de euros en 2022, en su mayoría por procedimientos quirúrgicos.
Más allá de los números, esta patología impacta profundamente en la calidad de vida de quienes la padecen. Los pacientes experimentan una disminución significativa en su salud mental, bienestar físico y rendimiento laboral, con una pérdida promedio del 18,8% en su productividad. Aunque el 66% de los encuestados intenta cumplir con los planes de alimentación y ejercicio recomendados, más de la mitad abandona estas estrategias por su dificultad o por la falta de resultados visibles.
Así, los especialistas reunidos en el Congreso Seedo han insistido en la urgencia de reconocer la obesidad como una enfermedad crónica y de establecer un plan nacional integral que permita abordar esta problemática desde la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento especializado. Sin acciones coordinadas y recursos suficientes, la obesidad seguirá suponiendo una de las mayores amenazas para la sostenibilidad del sistema de salud en España.