Redacción
Las personas con obesidad requieren mayor atención médica debido a las enfermedades asociadas y las complicaciones que pueden surgir. Así, se ha convertido en uno de los mayores desafíos de salud pública, en concreto en la atención primaria. Aproximadamente el 50% de los adultos que visitan los centros de salud presentan obesidad.
Según Fermín Ignacio Milagro Yoldi, investigador en el Centro de Investigación en Nutrición de la Universidad de Navarra, “la microbiota intestinal no es el único factor que influye en la obesidad, pero su cuidado es crucial para frenar la progresión de la enfermedad”. Además afirmó en el XX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo) que la proporción de suficientes fibras y polifenoles procedentes de vegetales variados cuidan esas microbiotas.
“Una estrategia adecuada para combatir la obesidad debe incluir un cuidado de la microbiota intestinal”, afirma el Dr. Fermín Ignacio
Varios expertos en el congreso de la Seedo han subrayado la importancia del cuidado de la microbiota para combatir la obesidad y sus complicaciones, como la diabetes, el hígado graso y las enfermedades cardiovasculares. La pérdida de diversidad microbiana, unida a una composición más proinflamatoria, está detrás de problemas de salud, como la obesidad.
Para el Dr. Milagro Yoldi, “una estrategia adecuada para combatir la obesidad debe incluir siempre un cuidado de la microbiota intestinal, reduciendo la abundancia de aquellas especies menos beneficiosas, incrementando su diversidad”. El experto destaca que una dieta rica en “alimentos vegetales, fibras y polifenoles”, junto con la “reducción del estrés y el ejercicio regular”, son esenciales para mantener una microbiota saludable.
“Cuando la microbiota pierde su diversidad, se favorecen bacterias proinflamatorias que envían señales al cuerpo y promueven la resistencia a la insulina, el aumento de peso y otros problemas metabólicos”, explica Milagro. De acuerdo con los expertos, el cuidado de la microbiota no solo implica una correcta alimentación, sino también evitar el abuso de medicamentos. “La microbiota se puede ver alterada por medicamentos como los antibióticos o los psicotrópicos, por lo que es fundamental equilibrarla con el uso de probióticos cuando sea necesario”, añade.
El cuidado de la microbiota no solo implica una correcta alimentación, sino también evitar el abuso de medicamentos y practicar actividad física
El 35% de pacientes que acuden a atención primaria presentan dicha enfermedad, tasa que asciende hasta el 55,6% si se considera la obesidad abdominal medida mediante perímetro de cintura. Pero, además, preocupa el empeoramiento que se produce en la calidad de vida. “El sobrepeso y la obesidad pueden afectar la movilidad, la autoestima y la salud mental de las personas”, apunta el experto del Centro de Salud La Cuesta. Todo ello, añade, sin olvidar el mayor riesgo de complicaciones en otras enfermedades, ya que “la obesidad puede deteriorar el curso de otras enfermedades y aumentar el riesgo de complicaciones en caso de intervenciones quirúrgicas”.
Como se reconoce en la guía canadiense para el manejo y prevención de la obesidad en adultos, así como la guía española del manejo integral y multidisciplinar de la obesidad en personas adultas (Guía GIRO), “la atención primaria es un pilar fundamental en la lucha contra la obesidad“, destacó que la accesibilidad, continuidad asistencial y capacidad para la prevención hacen de la atención primaria un escenario ideal para el manejo efectivo de esta condición.
La obesidad y sus efectos en los órganos
Además del impacto en el sistema digestivo, la obesidad afecta a otros órganos, como los riñones y el corazón. En la misma línea, durante el congreso Seedo se discutió la relación entre la obesidad y las enfermedades renales. La acumulación excesiva de grasa deteriora la función renal y aumenta el riesgo de hipertensión y diabetes. “Es fundamental abordar la obesidad desde un enfoque integral, considerando no solo la reducción de peso, sino también el cuidado de los órganos afectados por la disfunción del tejido adiposo”, explicó Gema Medina Gómez, catedrática de bioquímica y biología molecular de la Universidad Rey Juan Carlos.
Gema Medina: “Es fundamental abordar la obesidad desde un enfoque integral”
Otro de los temas destacados fue el riesgo aterotrombótico asociado con la obesidad, que aumenta la probabilidad de sufrir aterosclerosis y otros trastornos cardiovasculares. Según Ángel García Alonso, investigador del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS), el estudio de las plaquetas sanguíneas de los pacientes obesos podría ser clave para “identificar biomarcadores que ayuden a predecir y prevenir eventos como infartos agudos de miocardio”.