Los aneurismas coronarios elevan la mortalidad un 22% y los eventos cardiovasculares mayores un 37%

Son conclusiones de un estudio internacional liderado por investigadores españoles que describe riesgos, perfil y tipos de tratamiento más utilizados en esta enfermedad cardiovascular poco frecuente

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Redacción
Un estudio sobre aneurismas coronarios revela el impacto que tienen a medio plazo en los paciente y su relación estrecha con la aterosclerosis. El estudio, liderado por investigadores españoles con la participación de más de 1.700 pacientes tratados en 33 hospitales de nueve paises de América y Europa, concluye que los pacientes presentan una mortalidad del 22% y una incidencia del 37% de eventos cardiovasculares adversos mayores a los 45 meses de seguimiento.

Sus autores destacan que este trabajo ha conseguido arrojar “evidencia crucial sobre esta rara y compleja enfermedad cardiovascular”. La investigación se ha publicado en la revista  JACC: Cardiovascular Interventions y se ha basado en el registro CAAR (Coronary Artery Aneurysm Registry) con el apoyo de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC).

Los aneurismas coronarios se consideran una enfermedad cardiovascular rara y compleja

Los aneurismas coronarios, definidos como dilataciones focales en las arterias coronarias, alteran el flujo sanguíneo hacia el corazón y pueden causar complicaciones graves. La mayoría de los afectados (78.6%) son hombres, con una edad promedio de 66 años y un perfil de riesgo cardiovascular significativo: el 72,1% tiene hipertensión, el 59,9% sufre dislipidemia, el 26,5% tiene diabetes mellitus y el 42,6% es fumador.

“Vimos que los pacientes presentaban una enfermedad aterosclerótica agresiva, lo que apunta a la necesidad de trabajar en prevención cardiovascular”, afirma el Dr. Iván Núñez-Gil, jefe del servicio de cardiología del Hospital de Torrejón (Madrid) e investigador principal del estudio. El cardiólogo destaca que las patologías inflamatorias subyacentes, como la enfermedad de Kawasaki, son muy poco frecuentes en esta población.

La mayoria de pacientes con aneurismas coronarios son hombres, con una edad promedio de 66 años y un perfil de riesgo cardiovascular significativo

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Dr. Iván Núñez-Gil

El estudio identifica varios predictores de peor pronóstico como la edad avanzada, la diabetes, la insuficiencia renal, la disfunción ventricular y la gravedad de la enfermedad coronaria obstructiva. Según Núñez-Gil, “estos predictores nos ayudan a identificar subgrupos de pacientes que podrían beneficiarse de una vigilancia más estrecha y posiblemente de objetivos terapéuticos más ambiciosos o estrictos”.

El análisis del registro muestra que el 68,5% de los pacientes fueron tratados con algún tipo de revascularización, siendo la intervención coronaria percutánea la más común (50,7%). Además, el 65,6% de los pacientes fueron dados de alta con terapia dual antiplaquetaria. Un hallazgo relevante fue la baja incidencia de roturas espontáneas de aneurismas, un aspecto que cambia el foco hacia el manejo de los factores de riesgo y la prevención de complicaciones trombóticas.

El estudio identifica predictores de peor pronóstico como edad avanzada, diabetes, insuficiencia renal, disfunción ventricular y gravedad de la enfermedad coronaria obstructiva

“El abordaje de la enfermedad debe centrarse en estrategias de prevención secundaria, como el control estricto de factores de riesgo cardiovascular conocidos por todos”,  asegura Núñez-Gil. El investigador también apunta a la necesidad de estudiar el tratamiento antitrombótico más adecuado, sugiriendo que podría ser necesario prolongar la terapia antitrombótica estándar en ciertos casos.

Este estudio se ha desarrollado con la colaboración de un gran número de centros internacionales de primer nivel, como la Mayo Clinic. “Cuando comenzamos el registro hace 20 años, el término aneurisma coronario ni siquiera se citaba en las guías de práctica clínica sobre enfermedad coronaria”, explica Núñez-Gil. Según el cardiólogo, ésta fue una de las razones por la cual el proyecto despertó tanto interés.

Dr. Núñez-Gil: “Cuando comenzamos el registro hace 20 años, el término aneurisma coronario ni siquiera se citaba en las guías de práctica clínica sobre enfermedad coronaria”

El investigador también destaca la capacidad de “networking y sinergias entre equipos médicos muy alejados geográficamente entre sí” gracias al uso de las nuevas tecnologías. Esta facilidad para trabajar en red es fundamental “porque permite acumular la experiencia en enfermedades poco frecuentes como ésta”, asegura Núñez-Gil.

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