Nieves Sebastián Mongares
En los centros de atención intermedia, una gran parte de los pacientes son de edad avanzada o con necesidad de cuidados paliativos. Así, contar con profesionales especializados en sus necesidades concretas tiene una gran repercusión en términos de calidad asistencial. Eva Melendo, enfermera del Parc Sanitari Sant Joan de Déu aborda el papel de la enfermería en este nivel asistencial y cómo los profesionales han de especializarse en algunas de estas áreas.
¿Qué papel concreto juegan los profesionales de la enfermería en la atención intermedia y qué valor específico aportan en la atención a estos pacientes?
Principalmente, la atención intermedia se basa en una atención geriátrica y paliativa especializada, por lo que nuestro foco es muy concreto. Uno de los principales objetivos que tenemos siempre en la geriatría es fomentar la autonomía de las personas, buscando que no tengan discapacidad y que tengan una buena calidad de vida. También, en los cuidados paliativos, lo que buscamos es calidad de vida en lo que les queda de vida. Con lo cual, no se busca la curación de la persona, si no esta mejora de la calidad de vida. Esta autonomía va muy ligada a los autocuidados de la persona, intentar que puedan ser autónomos en sus autocuidados y, evidentemente, las enfermeras y Técnicos en Cuidados Auxiliares (Tcae) somos los encargados de estos cuidados.
Básicamente intentamos que estas personas sean autónomas durante el mayor tiempo posible y nosotros somos los que estamos 365 días al año las 24 horas para dedicarnos a necesidades no sólo biológicas, sino también psicológicas, y que podamos dar esta atención pivotando en los cuidados y el impulso de la autonomía de las personas.
¿A qué aspectos deben prestar atención de manera prioritaria los profesionales de enfermería en este nivel asistencial para garantizar que los pacientes obtienen un manejo que se adecúe a sus necesidades?
El aspecto prioritario que debemos controlar es que, dentro del proceso de envejecimiento, lo que controlamos mayoritariamente son lo que llamamos síndromes geriátricos. Esto es la manera en que se presenta la enfermedad o la fragilidad de las personas cuando vamos envejeciendo. En los síndromes geriátricos, el aspecto más importante es la prevención y la detección precoz por la proximidad que tenemos con las personas que atendemos a estar siempre a su lado cuando se presentan estos síndromes, porque además es muy importante para evitar que esta situación se agrave y la personas que tiene esta mayor fragilidad tiene mayor riesgo de capacidad y/o dependencia. Lo mismo pasa con cuidados paliativos, hay que tener el control de los síntomas y cómo evolucionan y son aspectos más concretos en los que tenemos que poner el foco.
“En los síndromes geriátricos, el aspecto más importante es la prevención y la detección precoz”
¿Cómo se coordina el equipo de enfermería con el resto de los departamentos de cara a ofrecer una atención optimizada al paciente?
Uno de los pilares del modelo de atención intermedia es la atención multidisciplinar. Entendemos que, a estas personas en las que el objetivo final no es la curación, sino que tengan una calidad de vida integral e integrada, es básico que tengamos siempre en cuenta todas las disciplinas que pueden dar soporte a la situación de la persona. Con lo cual es prioritario y primordial que haya espacios de coordinación y comunicación como sesiones multidisciplinares, que intenten trabajar esos aspectos globales de la persona; aparte de médicos y enfermeras, que quizá somos los más conocidos, es importante integrar al trabajador social porque nos interesa mucho su entorno, si tienen familia o no, cuál es la situación en su domicilio…
Y al buscar su autonomía, nos interesa mucho la visión del fisioterapeuta y del terapeuta ocupacional. Por eso es básico que haya estos espacios. La comunicación siempre es muy efectiva en el ámbito de la atención intermedia, es muy fluida y es algo natural y de relación con otras disciplinas, como el papel del psicólogo, integrando la esfera emocional de la persona.
¿Cómo es la interlocución con los centros de agudos cuando se producen urgencias u otras situaciones que requieren de su servicio?
Los diferentes hospitales de agudos tienen centros u hospitales de atención intermedia de referencia. Con lo cual, se crean unas dinámicas de comunicación bastante fluidas, tanto a nivel de interlocutores como de que una persona hospitalizada en centros de atención intermedia necesite una atención de urgencias o una cirugía en la que tenga que ser derivado a un hospital de agudos y se pueda solicitar esta intervención, se haga un primer contacto con el hospital, se hable con el especialista y se derive si es necesario.
Por ejemplo, en el caso que desde el hospital necesiten de algún dispositivo o de alguna plaza de la atención intermedia, que esta comunicación tiene que ser fluida. Con lo cual, ya existen estos canales. Siempre hay mecanismos de comunicación vía teléfono, fax, correo electrónico… Y cada vez más en un contexto de telemedicina, innovando, buscando esta mejora de la comunicación. Pero es verdad que la comunicación es fluida, los circuitos están claros, y esta relación bilateral busca incluso acciones de mejora y se hacen reuniones de seguimiento para mejorar la atención.
“En estas personas en las que el objetivo final no es la curación, sino que tengan una calidad de vida integral e integrada, es básica tener siempre en cuenta todas las disciplinas que pueden dar soporte a la situación de la persona”
¿Qué formación específica precisan los profesionales de la enfermería para ofrecer una atención intermedia de calidad?
Actualmente existe la especialidad de enfermería geriátrica; sería la formación deseable de los profesionales y se acaba de desarrollar recientemente el diploma en cuidados paliativos. Es un diploma de acreditación que pueden solicitar enfermeras, médicos, fisioterapeutas y psicólogos; de alguna manera debería ser la máxima especialización que deberían tener los profesionales, entendiendo que sería deseable que haya especialistas en la mayoría de dispositivos del ámbito de atención intermedia y se pueden combinar con otros profesionales que no tengan este grado de especialización. Pero tanto enfermeras como TCAEs deberían tener formación especializada en cuidados paliativos. Partiendo, evidentemente de un nivel básico, y llegando hacia uno más avanzado con figuras más especialistas o con diploma de acreditación en cuidados paliativos para garantizar unos cuidados de calidad a la población que atendemos.
Desde el punto de vista de la enfermería, ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la atención intermedia?
El principal reto es un aspecto relacionado con la culturalidad. Es decir, entender que la población está envejeciendo y que en este nivel asistencial atendemos a muchas personas mayores, no todas son frágiles, pero sí muchas en situación de fragilidad. Por ello, debemos entender que la atención de calidad no sólo la tenemos que garantizar en dispositivos específicos de atención intermedia, sino en cualquier ámbito de atención. Cualquier persona mayor con fragilidad que ingresa en un hospital de agudos debe ser tratada de una manera garante y con estos principios de autonomía.
“Hay que dar por hecho que cuando tenemos una persona mayor con un nivel de fragilidad, esos cuidados han de ser diferentes a cuanto tenemos un adulto joven ingresado en una unidad de cirugía”
Entonces, hay que dar por hecho que cuando tenemos una persona mayor con un nivel de fragilidad, esos cuidados han de ser diferentes a cuando tenemos un adulto joven ingresado en una unidad de cirugía, en un servicio de urgencias, que esta atención llegue. Desgraciadamente la geriatría no es un ámbito querido, nuestros tabús como sociedad siguen siendo el envejecimiento y la muerte y el reto es trasladar cómo atender a este perfil de personas en cualquier dispositivo y la atención ha de ser claramente diferenciada.