2.500 mujeres en España son diagnosticadas cada año con carcinoma cervical

Con el virus del papiloma humano implicado en gran parte de los casos, la vacunación y el cribado son esenciales

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Paula Baena
El carcinoma cervical afecta a 2.500 mujeres cada año en España, según indica el Dr. Ricardo Sainz de la Cuesta, jefe de servicio de Ginecología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, en la plataforma Doryos. Este cáncer, asociado casi en su totalidad al virus del papiloma humano (VPH), representa un problema de salud pública prevenible con estrategias adecuadas.

A nivel mundial, el carcinoma infiltrante de cuello uterino supone el 12% de los tumores del tracto genital femenino, con una incidencia que varía significativamente entre países. Mientras que en Israel se registran 4,2 casos por cada 100.000 habitantes, en Perú la cifra alcanza los 55. En España, es el tercer cáncer ginecológico más frecuente, tras los de endometrio y ovario, con una incidencia de 5 a 13 casos por cada 100.000 habitantes, dependiendo de la región.

El Dr. Sainz de la Cuesta subraya que el «VPH está implicado en el 99,7% de los casos de carcinoma cervical», con los genotipos 16 y 18 responsables del 70% al 75% de las infecciones que evolucionan a cáncer. Además del VPH, otros factores como el tabaquismo, la multiparidad, el uso prolongado de anticonceptivos orales y las condiciones de inmunosupresión aumentan el riesgo de desarrollar este tumor.

Por otro lado, insiste en que «la vacunación contra el VPH y el cribado regular mediante citología son esenciales para prevenir y detectar de forma temprana este tipo de cáncer».

Es el tercer cáncer ginecológico más frecuente en nuestro país

En estadios iniciales, este tumor suele ser asintomático y se diagnostica gracias a citologías anormales durante los programas de cribado. En etapas avanzadas, las pacientes presentan síntomas como sangrados vaginales anómalos, flujo maloliente y dolor pélvico, que pueden derivar en complicaciones más graves si no se tratan a tiempo.

El diagnóstico incluye exploraciones clínicas, pruebas de imagen como TAC o resonancia magnética, y marcadores tumorales específicos: SCC para carcinomas epidermoides y CA-125 en adenocarcinomas. Además, el manejo del carcinoma cervical está determinado por el estadio clínico, según explica el Dr. Sainz de la Cuesta. En estadios tempranos, el tratamiento puede ser quirúrgico, optando por conización o histerectomía dependiendo del tamaño del tumor y los deseos genésicos de la paciente.

«La tendencia actual es reducir intervenciones agresivas»

En casos avanzados se recurre a radioterapia y quimioterapia, especialmente si existe afectación ganglionar. El especialista señala que «la tendencia actual es reducir intervenciones agresivas, optando por biopsias de ganglio centinela en lugar de linfadenectomías completas».

Además, en pacientes jóvenes con tumores pequeños (menos de 2 cm), es posible realizar procedimientos conservadores como la traquelectomía radical, preservando la fertilidad.

El Dr. Sainz de la Cuesta recalca la importancia de las vacunas contra el VPH como herramienta fundamental para reducir la incidencia de este cáncer. «La vacunación ha transformado el panorama del carcinoma cervical en países con programas de inmunización sistemáticos», asegura. Asimismo, destaca que los programas de cribado citológico han logrado reducir significativamente las tasas de mortalidad en países desarrollados. No obstante, advierte que los adenocarcinomas, un subtipo más agresivo y menos detectable mediante citología, plantean nuevos retos diagnósticos.

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