Junto a la revisión de la cartera de servicios, la introducción de copagos, los precios de referencia para productos farmacéuticos y las compras centralizadas son pasos en la dirección correcta. Es la visión de Luxemburgo sobre las líneas generales de la reforma sanitaria de Ana Mato, articuladas en el RDL 16/2012, que entró en vigor hace ahora dos años. Este país ha sido el encargado de valorar el calado de estas medidas en un informe del Comité de Protección Social, órgano consultivo de la Comisión Europea, con una visión muy diferente a la expresada hasta la fecha en otros documentos de la Unión Europea, que alertaban del riesgo de que las políticas de austeridad pudieran “dar marcha atrás” a los logros alcanzados en el Sistema Nacional de Salud. Bajo la perspectiva de este país, las propuestas legislativas se han realizado en aras de mejorar la eficiencia sanitaria, lo que garantiza una cobertura total por parte del presupuesto público de los servicios de prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación. Además, el informe destaca que la reforma haya abordado la planificación y coordinación de los recursos humanos, con una referencia a la gestión clínica, así como la modernización de la prestación farmacéutica para garantizar su uso racional. (Gaceta Médica)