Redacción
Una nueva investigación liderada por científicos de España y Francia ha revelado que la estructura de la proteína ApoB100 en las partículas de lipoproteínas de baja densidad (LDL) es clave en el desarrollo de la aterosclerosis. Los resultados, publicados en la revista Journal of Lipid Research, indican que la rigidez de esta proteína, relacionada con un alto contenido de hélices alfa estables, aumenta la propensión de las LDL a acumularse en las arterias de pacientes con hipercolesterolemia familiar.
La investigación fue coliderada por la Dra. Vicenta Llorente Cortés, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC) y del Cibercv, y la Dra. Valerie Samouillan, de la Universidad Toulouse Paul Sabatier. Participaron también 10 centros de investigación de ambos países, incluyendo el Institut de Recerca Sant Pau, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
La hipercolesterolemia familiar y sus implicaciones cardiovasculares
La hipercolesterolemia familiar es una enfermedad genética relativamente común, que afecta a 1 de cada 200 o 300 personas. Los pacientes con esta condición tienen niveles elevados de colesterol LDL desde el nacimiento. Este factor los predispone a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y muerte prematura.
Los investigadores analizaron muestras de 35 pacientes con hipercolesterolemia familiar y 29 personas sanas. Descubrieron que en los pacientes con la enfermedad, la proteína ApoB100 es más rígida y de menor tamaño, debido a un contenido elevado de colesterol esterificado. Esta conformación reduce la capacidad de las LDL para deformarse al interactuar con la pared arterial, lo que favorece la acumulación de placas en las arterias.
En los pacientes con la enfermedad, la proteína ApoB100 es más rígida y de menor tamaño
Según la Dra. Llorente, las LDL de los pacientes afectados tienen una estructura menos flexible, lo que aumenta su tendencia a agregarse. Para medir estos cambios estructurales, el estudio utilizó técnicas avanzadas como dispersión dinámica de luz y microscopía electrónica, además de espectroscopia infrarroja FTIR.
La espectroscopia permitió determinar el porcentaje de estructuras secundarias rígidas y flexibles en la ApoB100, destacando que las LDL en pacientes con hipercolesterolemia familiar contienen una mayor proporción de hélices alfa rígidas, que limitan la capacidad de recuperación estructural en la pared arterial.
Implicaciones para nuevas estrategias terapéuticas
Este descubrimiento plantea la posibilidad de desarrollar tratamientos que preserven o restauren la flexibilidad de la proteína ApoB100 en las LDL. Según explicó la Dra. Llorente, este enfoque podría reducir el riesgo cardiovascular en pacientes con hipercolesterolemia familiar.
Además, el equipo de investigación está evaluando si los inhibidores de PCSK9, un tratamiento existente para reducir los niveles de colesterol, también ayudan a mantener la flexibilidad de la proteína. Por otra parte, están desarrollando herramientas peptídicas específicas para este fin. Estas herramientas buscan conservar la estructura de la ApoB100 y prevenir así la formación de placas ateroscleróticas.
Mantener la flexibilidad de la ApoB100 podría convertirse en una estrategia clave
Los resultados de este estudio proporcionan una nueva perspectiva sobre el papel estructural de las LDL en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Mantener la flexibilidad de la ApoB100 podría convertirse en una estrategia clave para prevenir la aterosclerosis y reducir la mortalidad asociada a esta condición en pacientes con hipercolesterolemia familiar.
La colaboración interdisciplinar entre centros de investigación biomédica, biofísica y hospitales ha sido fundamental para lograr estos avances, consolidando nuevas oportunidades para diseñar terapias más efectivas en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares.