Juan León García
Representantes de farmacéuticos, médicos, mayores, consumidores y pacientes han reclamado este miércoles que no se elimine el prospecto en papel como prevé una propuesta de reforma (2023) de una directiva europea de 2001 y que plantea que toda la información de los medicamentos deberá estar accesible de exclusivamente en formato digital. Esta decisión ha impulsado un documento de posicionamiento presentado y en el cual se exige que se mantenga esta opción física.
De no hacerlo, han advertido, “pondría en riesgo la salud de millones de personas, especialmente de los colectivos más vulnerables”. El prospecto en papel “no es solo una hoja informativa”, a juicio del presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof), Jesús Aguilar, sino también un “elemento de seguridad para el paciente”. En esa línea se ha mostrado el Dr. Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC): “Buscamos, en definitiva, la seguridad clínica de los pacientes, que nos preocupa a todos los profesionales sanitarios”.
Quedarían cinco años para que la directiva entrase en vigor completamente, un plazo que ven “totalmente insuficiente para cerrar la brecha digital”. Un informe de la Comisión Europea sobre el estado de la Década Digital (julio de 2024) concluyó que apenas uno de cada dos europeos (55,6%) posee competencias digitales básicas.
Otro estudio, en este caso impulsado en España por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 2022, reveló que el 78% de los españoles preferían disponer del prospecto en formato en papel. Para la responsable de Salud de esta entidad, Ana Sánchez, es fundamental que “antes de tomar medidas se evalúe el impacto”. Por eso, ha añadido que según datos de OCU un 10% de la población reconoce que la información principal del medicamento la reciben a través del prospecto en papel.
Uno de cada dos europeos posee competencias digitales básicas, según un informe elaborado por la Comisión Europea
Uno de los colectivos que se vería principalmente afectado es el de los pacientes polimedicados o crónicos. En especial, los mayores, “los principales usuarios del sistema sanitario”, ha recordado el Dr. José Manuel Freire, presidente de la Comisión de Sanidad de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP). Sin embargo, la medida no solo perjudicaría a este colectivo, sino al conjunto de la sociedad.
En opinión de Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) que ha intervenido de manera telemática, esto requiere de una estrategia de “educación en salud” en la que este colectivo “sea responsable con sus medicamentos”, pero que dé toda la información necesaria a los pacientes, sobre todo a los “más frágiles”.
Para ellos el Dr. Freire también ha reclamado que se revise el actual diseño y redacción de unos prospectos cuya “literatura es muy difícil de interpretar”. Y, además, junto al Dr. Cobo, ha pedido que a su vez las enfermeras y los médicos de familia tengan más tiempo para “explicar a sus pacientes qué medicamentos toman, para qué y qué efectos y contraindicaciones” puede tener su toma.
El acto, celebrado en la sede del Cgcof, supone la suma de la contraparte española a un manifiesto europeo ya impulsado, y muy similar, por otras siete organizaciones continentales (médicos, farmacéuticos, pacientes, etc.). Esta decisión se traduce en el apoyo a la declaración europea sobre la información electrónica de productos (ePI). El documento de posicionamiento, han adelantado, se trasladará a las autoridades españolas.
El documento de posicionamiento presentado se adhiere a un manifiesto impulsado por otras siete organizaciones europeas reclamando que no se acabe con el prospecto en papel
Dicho texto recoge cinco propuestas consensuadas. Entre ellas, que el prospecto en papel se convierta en una obligación legal; el impulso de medidas inclusivas mediante herramientas digitales complementarias; la medición del impacto real sobre los pacientes, especialmente los más vulnerables. En cuanto a estas personas, instan a las autoridades a que se consideren las necesidades específicas de los mayores, los polimedicados y los que tienen recursos limitados.
Y, por último, en el texto bajo el título ‘Información electrónica de los medicamentos y la necesidad de mantener el prospecto en papel’ exigen que se impulsen campañas educativas para sensibilizar a la población sobre el uso seguro de los medicamentos, aprovechando tanto el formato en papel como las nuevas tecnologías. Como ha concluido Aguilar, “superar desigualdades de este calibre exige un horizonte más amplio y una estrategia más inclusiva y efectiva para no dejar atrás a nadie”.