La sanidad sigue sin romper el techo de cristal: «En jefaturas de servicio, el porcentaje de mujeres es muy pequeño»

Las doctoras Avendaño (Facme), González del Alba (Sogug) y Busta (Hospital Marqués de Valdecilla) señalan que los sesgos inconscientes y la mayor carga de cuidados que asumen las mujeres, frenan su acceso a posiciones de liderazgo

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Nieves Sebastián Mongares/Gema Maldonado Cantero
La brecha de género en medicina sigue existiendo y los datos lo avalan. A pesar de la feminización del sector, en la actualidad, según refleja el Observatorio Womeds impulsado por la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme), las mujeres sólo ocupan el 33% de jefaturas de servicio en la sanidad. Y, según la última actualización de estos datos, la cifra es la misma en sociedades científicas, con sólo un 33% de mujeres ocupando las presidencias de las mismas.

Las doctoras Cristina Avendaño, presidenta de Facme; Aránzazu González del Alba, presidenta del Grupo Español de Oncología Genitourinaria (Sogug) y miembro de la Comisión de Mujeres de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y María Begoña Busta, jefa del Servicio de Traumatología y Ortopedia del Hospital Marqués de Valdecilla analizan la situación actual en este ámbito.

Como reflejan los datos de Womeds, a pesar de que haya más mujeres ejerciendo la medicina, estas llegan menos a puestos de responsabilidad. “No se trata de percepción individual, sino de hacer caso a los números que nos dicen claramente que hay una diferencia”, expresa la Dra. Avendaño. Y es que, como precisa, “para la mayoría de indicadores y con independencia del ámbito, la proporción de mujeres en posiciones de liderazgo no suele ser superior al 30%”.

En esta misma idea abunda la Dra. González del Alba, «teniendo en cuenta que el 70% de profesionales de la sanidad son mujeres y, sin embargo, en el acceso a jefaturas de servicio o puestos de toma de decisiones el porcentaje es muy pequeño», apunta.

La proporción de mujeres en puestos de responsabilidad sigue siendo menor a su representación y en algunas especialidades es todavía más acuciante

Y en determinadas especialidades, la situación es todavía más acuciante. En palabras de la Dra. Busta, «en cuanto a jefes de servicio, en traumatología, nueve de cada 10 son varones”.  A lo que se añade que «además de que hay pocas jefas de servicio, la mayoría están en hospitales que no son de primer nivel, y es en hospitales comarcales donde suele haber más”.

Sesgos inconscientes y cuidados

Al preguntar a las expertas por las resistencias todavía existentes, identifican varias. «Se deben, por un lado, a factores sociales, culturales y estructurales que tenemos impregnados en nuestro día a día», expone la Dra. González del Alba. Aquí, la Dra. Avendaño señala que “hay mucho sesgo inconsciente y hacer política de género requiere una implicación consciente, con la que se haga pensar si hay una o varias mujeres cualificadas para esa posición, o que llame la atención acudir a una reunión y sólo hay varones”. “Yo lo llamo mirada de género”, declara la presidenta de Facme.

La Dra. Busta considera que, aunque la situación ha mejorado y no ha sentido coartada su carrera por ser mujer, sí ha percibido diferencias durante su trayectoria. «Si al acabar una guardia una mujer expresaba que estaba cansada se veía como debilidad mientras que, si lo decía un varón, podía protestar porque había sido una guardia mala y se compadecían de él”, ejemplifica la traumatóloga.

Existen factores estructurales y socioculturales, así como sesgos que impiden avanzar en la brecha de género que viven las mujeres en la sanidad, por lo que se requieren medidas concretas

Por otra parte, los cuidados siguen recayendo de manera mayoritaria sobre las mujeres. «La carga de cuidados a la que está sometida la mujer es mayor que la del hombre en su ámbito familiar», asevera la Dra. González del Alba. La presidenta de Sogug agrega que «en la sanidad pública es donde mayor brecha de género se ve en cuanto a liderazgo femenino y el acceso a este tipo de puestos, y creo que es esa mayor carga de cuidados la que hace que la mujer pueda tener menos tiempo para la investigación y la ciencia, y más dificultad para progresar en su carrera profesional”.

A este respecto, la Dra. Busta coincide aportando que “hay muy pocas mujeres que compatibilicen el ejercicio en la sanidad privada y la pública mientras que la mayoría de varones lo hacen, y es por el rol de cuidados familiares que todavía tienen las mujeres. Y es que, como asevera la Dra. González del Alba «la carga de cuidados es inherente a la mujer por encima del hombre por los condicionamientos culturales, lo que dificulta acceder a puestos de responsabilidad”.

Asimismo, la Dra. González del Alba pone otro tema sobre la mesa. «La carga asistencial durante la pandemia de Covid-19 fue aumentando, y eso perjudicó especialmente a las mujeres, que además de asumir una mayor carga de trabajo tuvieron que asumir una mayor carga de cuidados, no solo de hijos sino también de mayores; esa carga, a día de hoy, la siguen asumiendo mayoritariamente las mujeres”.

Diferencia por especialidades

El desglose por sexos de las especialidades también refleja disparidades. Según el Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035 del Ministerio de Sanidad con datos de 2021, el 61,1% de las profesionales de medicina son mujeres. De esta publicación se desprende que actualmente obstetricia y ginecología (74,9%) y pediatría (73,5%) son las especialidades con más representación femenina. En la otra cara de la moneda, urología (28%) y cirugía ortopédica y traumatología (29%), son las que cuentan con menos mujeres.

Desde dentro de la traumatología, la Dra. Busta habla de su experiencia. «Pertenezco a la última remesa de la generación del ‘baby boom’ y en esta, el número de traumatólogas era anecdótico, seríamos menos del 5%, buscarnos en los congresos era un poco como ‘Busca a Wally’”. Ahora, aunque la cifra se haya incrementado, la especialista detalla que “el Libro Blanco elaborado desde la Sociedad Española de Traumatología y Cirugía Ortopédica (Secot) en 2022 decía que sólo había un 30% de mujeres traumatólogas, cifra similar a la de nuestro servicio, donde somos el 34%”.

En el caso de la Dra. González del Alba, dado que desde Sogug trabajan estrechamente con la urología, explica que «la mayoría de jefes de servicio de esta especialidad son hombres y, además, la elección de esta especialidad por mujeres sigue siendo menor, donde entran condicionamientos socioculturales, también de los propios pacientes que en el entorno del cáncer urológico son mayoritariamente hombres, y sigue habiendo un tabú a la hora de compartir determinados síntomas con profesionales mujeres”.

Existen especialidades como la urología y la traumatología en las que, aunque se observa un crecimiento, la representación femenina es reducida

Respecto a estos sesgos o estereotipos, la Dra. Busta cuenta cómo fue su caso. “Cuando elegí la especialidad, incluso en mi familia se extrañaron, ya que me decían que se necesitaba mucha fuerza”. También explica que, aunque particularmente no se ha sentido perjudicada, «sí es cierto que sigue habiendo ciertos roles machistas; sobre todo cuando estaba empezando, que me podían decir que no tenía tanta fuerza o necesitaba ayuda de mis compañeros”.

La traumatóloga expone que también el propio avance de la especialidad ha cambiado ese concepto de que se necesite más fuerza. “Hay subespecialidades como cirugía de la mano, del pie, microcirugía, cirugía infantil, que, generalmente, suelen escoger más las mujeres que los varones dentro de la traumatología. También los avances técnicos en cuanto a robótica, optimización de la cirugía creo que va a llevar a que cada vez más mujeres se interesen por la especialidad”.

Por otra parte, la Dra. Busta agrega que «cada vez hay más residentes mujeres en traumatología, ya vemos entre el 34 y 40% y eso nos hace tener esperanza de que seremos más”. En esta misma línea se expresa la Dra. Avendaño respecto a las especialidades que cuentan con más representación masculina apuntando que «en los últimos años ha aumentado mucho el número de mujeres que eligen esas especialidades y eso es bueno porque, además, sirven de modelo para las generaciones futuras”.

Disponer de referentes también puede ayudar a avanzar en el cierre de la brecha de género. Según la Dra. Busta, «si ves que tienes jefes de servicio o de sección mujeres te hace pensar que tú también puedes llegar a esas metas y eso es importante».

Sociedades científicas: feminizadas pero presididas por hombres

Los datos sobre el acceso de mujeres a la presidencia de las sociedades científicas casi son un calco a los de las jefaturas de servicio. En este caso, la evolución no se ha percibido en los últimos años. Solo un tercio de las 46 sociedades científico-médicas que componen Facme están presididas por mujeres.

De los datos que hemos analizado destacaría el estancamiento en las cifras: en los últimos cuatro años, el número de mujeres presidentes de SSCC es muy similar y este hecho llama la atención cuando más del 50% de los asociados son mujeres”, señala la presidenta de Facme.

Pese a que la profesión médica está claramente feminizada, cuando se trata de formar parte de la junta directiva de estas sociedades, ellas están mucho menos presentes: en 2024 ellas representaron el 46% de los miembros de estas directivas, tres puntos más que en 2022. Solo 18 SSCC cuentan con un 50% o más de mujeres en sus juntas y aún hay siete sociedades con una presencia de mujeres inferior al 30% en la directiva.

¿Qué es lo que ocurre? Para la presidenta del Grupo Español de Oncología Genitourinaria estos datos tienen que ver una vez más con la asunción del rol de cuidados que siguen teniendo las mujeres. «Liderar sociedades científicas supone un tiempo adicional que se suma a la labor asistencial que tiene una carga alta para todos, a lo que se suma que la mujer tiene más labores de cuidados del entorno familiar«, señala.

Una cuestión de género… y de generación

A la hora de elegir especialidad, existen intangibles que hacen que se seleccione una u otra. No estoy segura de que esto sea una cuestión de género, me parece más de generación”, opina la Dra. Avendaño. También ha observado este punto la Dra. González del Alba, afirmando que «los jóvenes de ahora tienen una visión más pragmática y menos vocacional a la hora de elegir especialidades”. Se muestra de acuerdo en esta idea la Dra. Busta sobre el hecho de que «las nuevas generaciones tienen ese valor de conciliación personal con el trabajo que en mi generación no existía; lo que queríamos era incorporarnos al mercado laboral y tener independencia económica, mientras que ahora eso se da por supuesto y lo que busca la mujer es la conciliación laboral y familiar, en lo que hay todavía una brecha importante«.

La Dra. González del Alba si precisa que para elegir el área de desempeño «se atiende a los salarios y al tiempo que queda para los cuidados y, en esa ventana de edad joven, las mujeres tienen que ver la posibilidad de asumir compromisos familiares y planificar la maternidad”. En palabras de la Dra. Busta «cuando me ofrecieron la jefatura de servicio yo me lo planteé a nivel familiar porque mis padres eran ancianos y mi madre tenía demencia, pero fue mi padre el que me animó, ellos siempre nos inculcaron tener una independencia económica y eso influye en cómo desarrollas tu carrera”. “Creo que ellos no se plantean esto a la hora de optar a un puesto”, expresa.

Una vez hecho el diagnóstico sobre la brecha de género en la sanidad, las tres expertas coinciden en el ‘tratamiento’: medidas concretas que garanticen la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres

Una vez hecho el diagnóstico sobre la brecha de género que afecta a las mujeres en la sanidad, las tres expertas coinciden en el ‘tratamiento’: medidas concretas que garanticen la igualdad de oportunidades. Para la Dra. Avendaño, «se debe actuar a todos los niveles, no nos podemos permitir perder la mitad del talento».

Siguiendo este hilo, la Dra. González del Alba afirma que «las acciones tienen que ser globales». «Tiene que haber facilitadores que propicien realmente una conciliación laboral y familiar, que es el factor más determinante para que siga existiendo un techo de cristal y la mujer no tenga las mismas facilidades para crecer en su profesión», desarrolla la presidenta de Sogug, quien también cree que debe producirse «un cambio de educación en la sociedad, logrando que la mujer tenga la misma responsabilidad que el hombre en los compromisos familiares ya que, aunque esto ha mejorado, esta igualdad todavía no es real”.

A nivel de sociedades científicas, la Dra. González del Alba apuesta por que «exista una igualdad de oportunidades y se establezcan unos criterios estrictos y paritarios también para acceder a puestos de liderazgo». Para concluir, la especialista recuerda que en todos los ámbitos mencionados «se deben implantar criterios de seguimiento para garantizar que esto se cumple y no queda en una mera idea o propósito».

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