Paula Baena
La nutrición parenteral es una herramienta fundamental para garantizar un adecuado aporte nutricional a pacientes que no pueden alimentarse por vía digestiva, especialmente en entornos hospitalarios. El Dr. Pedro Álvarez de Sierra Hernández, Cirujano General y del Aparato Digestivo en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, explica en Doryos que “la nutrición parenteral se define como el aporte de nutrientes que entra por vía intravenosa, al contrario que la nutrición enteral, que ingresa en nuestro cuerpo por vía digestiva”. Este método se convierte en la principal opción cuando la vía enteral no es viable, como en el caso de muchos pacientes quirúrgicos en el posoperatorio o pacientes oncológicos con necesidades nutricionales específicas. «Pacientes desnutridos, muy enfermos o aquellos que no pueden cubrir sus necesidades nutricionales por la vía digestiva también se benefician de este tratamiento», especifica el especialista.
Este soporte nutricional no solo favorece la recuperación, sino que también mejora la respuesta del paciente ante posibles complicaciones
La nutrición parenteral, además, ha demostrado reducir la estancia hospitalaria y las complicaciones en pacientes quirúrgicos, según diversos estudios. «Es el Servicio de Endocrinología el que diseña la composición de la nutrición parenteral de forma dirigida e individualizada para cada paciente, ajustándola diariamente en función de los cambios metabólicos y según los pasos alcanzados en la recuperación de la vía digestiva», añade el cirujano.
Existen diferentes tipos de mezclas utilizadas en este proceso: las mezclas binarias, que no contienen lípidos y aportan aminoácidos, glucosa, electrolitos, vitaminas y oligoelementos, y las mezclas ternarias o «tres en uno», que incluyen lípidos, formando emulsiones lipídicas. La vía de administración también es determinante: «La nutrición parenteral presenta una alta osmolaridad por lo que requiere ser administrada por vías venosas centrales de gran calibre. También existe un tipo de nutrición parenteral menos completa que puede administrarse por vías venosas periféricas», explica el Dr. De Sierra.
Las bolsas de nutrición parenteral pueden contar con más de 50 compuestos químicos diferentes interactuando entre sí
Por otro lado, la farmacéutica hospitalaria Margarita Remirez de Esparza, del Hospital Quirónsalud Madrid, destaca que la preparación de estas mezclas se realiza de manera centralizada en los servicios de farmacia para garantizar su calidad y seguridad. «Se busca asegurar esterilidad, estabilidad, ausencia de partículas en suspensión, y que lleven las cantidades pautadas de macro y micronutrientes, además de estar correctamente identificadas», señala. Esta precisión es vital, ya que «en las bolsas de nutrición parenteral puede haber más de 50 compuestos químicos diferentes interactuando entre sí».
La estabilidad de estas mezclas es un factor crítico. «Las emulsiones lipídicas presentan ventajas frente a las mezclas binarias, como menor manipulación, menor gasto en material y personal, y menor riesgo de contaminación bacteriana», detalla Remirez. Sin embargo, también advierte sobre los riesgos asociados: «Las gotas de grasa pueden unirse y formar gotas más grandes que obstruyan capilares, por eso es recomendable usar filtros de 1,2 micras durante la administración».
La nutrición parenteral, pilar en el manejo hospitalario de pacientes vulnerables
El proceso de preparación también influye en la estabilidad. “Es fundamental seguir un orden específico al añadir componentes: primero sodio y potasio, luego fosfato y magnesio, y finalmente el calcio, lo más alejado posible del fosfato para evitar precipitaciones”, explica Remirez. Además, subraya la importancia de agitar suavemente tras cada adición para homogenizar la mezcla y evitar problemas. “Las vitaminas se incorporan al final, y factores como oxígeno, luz y temperatura pueden degradar la mezcla, por lo que usamos bolsas multicapa y fotoprotectoras, además de controlar la temperatura en todo momento”.
A pesar de su complejidad, la nutrición parenteral es un pilar en el manejo hospitalario de pacientes vulnerables. Como concluye Remírez, «aunque su alta osmolaridad y bajo pH dificultan el crecimiento bacteriano, las emulsiones lipídicas son un excelente medio de cultivo si no se manejan correctamente, lo que refuerza la necesidad de procedimientos estrictos». Un manejo adecuado de la nutrición parenteral puede marcar la diferencia en la recuperación y pronóstico de los pacientes, consolidándola como un soporte vital en la práctica médica actual.
Doryos
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