Redacción
“Aunque la genética es clave, se ha demostrado que infecciones o alteraciones en la microbiota pueden contribuir al desarrollo de las espondiloartritis”. Esta fue una de las ideas que expuso la Dra. Raquel Almodóvar, reumatóloga del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid durante el transcurso de la III Jornada nacional de investigadores del Grupo de Espondiloartritis de la Sociedad Española de Reumatología (Gresser), celebradas en Madrid.
Alrededor de medio millón de personas en España -un 1,2% de la población- podría padecer espondiloartritis, un conjunto de enfermedades reumáticas que engloban diferentes patologías. Entre ellas se encuentran la espondiloartritis axial, la periférica, la artritis psoriásica, las espondiloartritis asociadas a enfermedad inflamatoria intestinal o las artritis reactivas.
La Dra. Mireia Moreno, del servicio de Reumatología del Hospital Universitari Parc Taulí de Barcelona explica que «la espondiloartritis axial se ha relacionado claramente con marcadores genéticos, clásicamente con el HLA-B27. Sin embargo, se ha observado que se puede presentar este gen y no desarrollar nunca la enfermedad, demostrando así que hay más genes relacionados con estas patologías”. La especialista también se refirió al al avance de la investigación centrada en todas las ciencias “ómicas”, incluyendo genómica (estudio del genoma), transcriptómica (estudio de las moléculas ARN de una célula), metabolómica (estudio de los procesos químicos que involucran metabolitos) y proteómica (estudio de las proteínas). Todo ello, sin olvidar el microbioma.
Y es que, como destacan las doctoras Almodóvar y Moreno, aunque se ha producido un gran avance en este campo, todavía existen numerosos retos. Entre ellos destacan la detección temprana y el diagnóstico preciso, ya que los síntomas son variables. También, apuntan, porque falta conocimiento y conciencia sobre estas enfermedades, lo que puede provocar demoras en el diagnóstico.
La variabilidad de los síntomas de las espondiloartritis y la falta de conocimiento sobre las mismas puede producir demoras en el diagnóstico
A este respecto, la Dra. Almodóvar precisa que “en el caso de la espondiloartritis axial radiográfica puede haber un retraso de entre siete y 10 años desde el inicio de los síntomas, siendo esta demora en su mayoría en el sexo femenino«. «El dolor lumbar inflamatorio se confunde con lumbalgia mecánica o problemas musculares; además, en las radiografías tempranas no siempre se observan alteraciones (como sacroilitis), retrasando el diagnóstico hasta que aparecen signos estructurales, ya que algunos médicos, que no son especialistas en reumatología, no reconocen los signos tempranos”, desarrolla la especialista.
Por ello, en palabras de la Dra. Almodóvar, “sería fundamental mejorar el diagnóstico fortaleciendo la formación de médicos de atención primaria en la identificación de signos de alerta, como dolor lumbar inflamatorio crónico y antecedentes familiares, que puedan favorecer una derivación rápida a reumatología ante cualquier sospecha clínica«. Asimismo, alude a la necesidad de «mejorar la coordinación entre especialidades (oftalmología, dermatología y gastroenterología) para detectar pacientes con manifestaciones extramusculoesqueléticas como uveítis, psoriasis y enfermedad inflamatoria intestinal. El objetivo es reducir el tiempo de diagnóstico a menos de 2-3 años, permitiendo iniciar tratamiento precoz y evitar daño estructural».
La Dra. Moreno también detalla que, además de las demoras en diagnóstico, en el caso de la espondiloartritis axial radiográfica, existen diferencias por género. En concreto, en las mujeres se observa una peor calidad de vida y peor respuesta al tratamiento. Sin embargo, como expresa la especialista «es el sexo masculino el que presenta mayor daño estructural«. Estas diferencias, según apunta la doctora, también se han evidenciado en artritis psoriásica. «Por ello, sería importante tener en cuenta estas diferencias para realizar una aproximación más fiel a la realidad y poder individualizar la valoración de las personas afectadas«, afirma la Dra. Moreno.
En algunas espondiloartritis como la axial radiográfica existen diferencias por género: las mujeres tienen peor calidad de vida y peor respuesta al tratamientos, pero en hombres hay mayor daño estructural
Ambas especialistas ponen el foco en la importancia de transmitir a los pacientes la importancia de seguir unos hábitos saludables. Y es que, en estas patologías es más importante si cabe incorporar el ejercicio físico de forma regular adaptándolo a las necesidades en cada caso, como recoge el proyecto ‘Reumafit’ de la Sociedad Española de Reumatología (SER). También, seguir una dieta mediterránea, evitar sustancias tóxicas como el tabaco o el alcohol en exceso, gestionar el estrés y, sobre todo, cumplir los controles clínicos y de pruebas complementarias que se requieran.
La III Jornada de Gresser contó con la colaboración de AbbVie, Biogen, Johnson & Johnson, Lilly, Novartis y UCB. Esta reunión tiene como objetivo ser un escenario dinámico donde fusionar la dedicación científica junto al trabajo en equipo, con el objetivo compartido de avanzar en la comprensión, diagnóstico y tratamiento de las espondiloartritis.
Una de las partes de este encuentro se dedicó a exponer todas las iniciativas en las que se está trabajando desde el grupo Gresser, haciendo también mención a proyectos futuros. Por otra parte, se dio protagonismo a las asociaciones de pacientes, quienes manifestaron su visión y, además, se expusieron trabajos de doctorados de este ámbito.