Juan León García
Gabriela Vázquez Vegas (Fotos)
Apenas ha pasado una década, tiempo suficiente para que la comunicación de las sociedades científicas viva una evolución frenética por la democratización de la inteligencia artificial (IA) en las dinámicas de trabajo del día a día. A distintas velocidades, pero prácticamente la mayoría ya la integran en algunos aspectos, reconocen los directores de esta área estratégica en diez sociedades distintas que se dieron cita en la redacción de iSanidad para hablar de las ventajas y oportunidades derivadas de las nuevas tecnologías, pero también de los retos que enfrentan en la actualidad.
Porque si en un principio la comunicación iba canalizada por vías muy concretas (interna o newsletters), la variedad de redes sociales y de formatos distintos en cada una de ellas ha provocado una diversificación tal del mensaje que requiere conocer bien a quién se quiere llegar. “El público receptor”, equipara Mayte Brea, de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que para ellos son “los socios”.
Sin embargo, la potencialidad de estas herramientas basadas en IA es amplísima. Como apunta Ainoa Santonja, de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram), en su caso ante un “volumen exponencial” del contenido en redes y prácticamente siendo las mismas personas en el departamento, hacer uso de la IA permite agilizar las labores de “gestión”. Desde su punto de vista, es la única forma para “adaptar mensajes de 20 formas distintas a todos los tipos de stakeholders”. Ante situaciones distintas, metodologías distintas, razona.
El potencial de la inteligencia artificial en los departamentos de comunicación de las sociedades científicas cuenta aún con mucho recorrido
En esa línea se muestra Ana de las Heras, de la Sociedad Española de Reumatología (SER), que recuerda cómo en los últimos diez años el desembarco de canales como Instagram o TikTok han traído “nuevas formas de divulgar y difundir”. A pesar de ello, añade que la profesionalización de los equipos de comunicación en las sociedades científicas es clave, más aún tras haber “pasado una pandemia (Covid-19)” cuyo ruido informativo fue inusitado y obligó a tomar todas las cautelas ante posibles mensajes tóxicos de determinados influencers. De ahí que enfatice también, para hacer frente a la desinformación, el contacto estrecho entre sociedades y medios de comunicación.
No obstante, reflexiona a su lado Jorge Sánchez, de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), la evolución de las redes en los últimos años “obliga a estar al día respecto a los cambios en el sector”, en referencia a la tendencia que se pueda dar, por ejemplo, de usuarios que pasan de redes como X a otras como Bluesky. “En esa parte pensamos que para hacerlo bien hace falta tiempo”, matiza, a la vez que se muestra firme defensor de la IA como una herramienta “que ha llegado para ayudar”.
La supervisión humana debe acompañar en todo momento a las tareas automatizadas por IA
En todo caso, el uso óptimo de la IA ha requerido de una formación previa que desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC) han acometido a todos los niveles, explica Gema Romero. De hecho, detalla que les es especialmente útil a la hora de etiquetar imágenes, vídeos y optimizar y automatizar procesos “siempre con supervisión”. “No va a hacer que nos sustituya”, acompaña Santonja, si bien les permite tener niveles de producción que de otra manera no se alcanzarían.
Esa misma línea defiende Iván Fernández, de la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (Facme): no como elemento de sustitución pero sí como vía para “generar ideas” en su día a día, de cara a que haga mejoras o intercambie impresiones, por ejemplo, respecto a notas de prensa.
Redes sociales para llegar a perfiles insospechados
Debido al surgimiento de múltiples redes sociales en las que predominan perfiles diversos, pero representativos de distintos grupos sociales y edades, el trabajo de estos departamentos (cuyo trabajo con las respectivas juntas directivas es muy estrecho, lo que resalta la importancia de la comunicación en las sociedades científicas de hoy), plantea propuestas que hace no tanto eran impensables.
Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Sonia Morales reconoce que aplicaciones como Instagram les están permitiendo tener llegada a “más gente joven, incluso de la mano de influencers, pero que estén acreditados”. Por lo que, desde su punto de vista, estos cambios les han “beneficiado”.
Así lo perciben también los directivos de la salud, quienes se alinean en la estrategia de colaborar con perfiles populares en las distintas redes sociales para “transmitir, desde la empatía, el mensaje” que la Sociedad Española de Directivos Sanitarios (Sedisa) quiere hacer llegar, explica Isabel Chacón.
La estrategia de comunicación en redes sociales pasa para las sociedades científicas por hacer llegar su mensaje especializado a un público objetivo más amplio
No obstante, para Ana Pérez de la Sociedad Española de Neurología (SEN) el proceso previo de reflexión para determinar dónde y cuál será la “forma más apropiada” para comunicar, es clave. Porque, observa, “no todos los mensajes valen” en unos foros, las redes sociales, donde domina el ruido y que carece del “criterio objetivo sobre si lo que se dice es correcto”, en referencia a su especialidad.
Por este motivo, es también igual de importante que las sociedades científicas “formen e informen” a sus socios “porque luego ellos estarán en redes y van a ser los primeros embajadores”, apunta Brea, de SEOM.
Un factor determinante porque se trata de generar contenido, retoma Borja Gitrama, de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), pero con un tono claramente “más especializado” sin descuidar que, por su parte, tratan de llegar “a los pacientes y a más públicos en distintos formatos”, como puedan ser otros de carácter formativo tipo webinar.
La aparición de nuevas vías comunicativas ha cambiado el paso al que se comunicaba, coinciden todos los directores de comunicación. Tanto para poner punto y final a canales tradicionales (como correos a nivel interno, para pasar a agrupar la información en newsletters), como para avanzar debido a la pandemia hacia formatos híbridos en ruedas de prensa (lo que, reconocen, ha permitido una mayor difusión de sus contenidos en medios especializados, nacionales o locales).