Luis de Haro. Director general de iSanidad
El fallecimiento del Papa Francisco no solo afecta a los 1.400 millones de católicos del mundo. Solo la enorme cantidad de noticias que están saliendo sobre él muestran la dimensión de su figura. Sin embargo, como dice el refrán, “a rey muerto, rey puesto”. Desde el mismo momento que se conoció la noticia no paran de salir papables. Unos quieren un Papa diplomático, otros quieren uno de color, médico o conservador. Incluso ya hay un mercado de apuestas sobre el nuevo Papa.
Unos quieren un Papa diplomático, otros quieren uno de color, médico o conservador
El cardenal holandés Willem Jacobus Eijk, es uno de los candidatos de todas estas apuestas. Este candidato a Papa es médico y ejerció como tal antes de responder a su vocación y entrar en el seminario. Eijk se graduó en Medicina en 1978 en la Universidad de Ámsterdam y obtuvo su doctorado en bioética médica en 1987 en la Universidad de Leiden, con una tesis sobre la eutanasia. Sería el primer Papa que ha sido médico.
El Papa Francisco no era médico, por mucho que su madre quisiera que lo fuera. Era químico, pero sí reconocía el valor del médico, de la profesión médica. En 2016, el Papa Francisco recibió en audiencia privada a la Organización Médica Colegial de España (OMC). Durante este encuentro, el Papa Francisco destacó la importancia de la compasión en la medicina. Para él, “la compasión es el alma misma de la medicina«. Instó a los médicos a no ceder a la tentación de actuar movidos por una falsa compasión o por criterios de eficiencia y ahorro económico. Subrayó que la identidad del médico no se basa únicamente en su ciencia y competencia técnica, sino principalmente en su actitud compasiva y misericordiosa hacia los que sufren. Además, expresó su deseo de bendecir las manos de los médicos como signo de reconocimiento a esa compasión que se convierte en una “caricia de salud”. También recordó la recomendación de San Camilo de Lellis de poner más corazón en las manos al tratar a los enfermos.
Mas allá de que sea médico, lo que necesitamos es un Papa que reconozca el valor de la persona
Mas allá de que sea médico, lo que necesitamos es un Papa que reconozca el valor de la persona. Como el propio Francisco dijo, estamos en un “cambio de época y no solo en una época de cambios”. El nuevo Papa seguramente será uno que defienda el valor de la Iglesia para el encuentro con Cristo. Como dice Javier Prades, ante la radical transformación social que llega, ese encuentro suscitará seres humanos que adquieren las certezas elementales sobre su condición propia y su dignidad. Es lo que hará el nuevo Papa, sea médico, economista, maestro o teólogo.
