El Sistema Nacional de Salud llega a la madurez con la necesidad de consensos para garantizar su futuro

La Ley General de Sanidad de 1986, semilla del actual modelo sanitario público, cumple 40 años. Para conmemorar esta efeméride, Boehringer Ingelheim reúne en Madrid a representantes políticos de entonces y de hoy, que identifican en la financiación o en la necesidad de agilizar los marcos regulatorios algunos de los principales desafíos a superar

Boehringer-Ingelheim-Ruta-86-presentación

Juan León García
La Ley General de Sanidad, alma del Sistema Nacional de Salud (SNS), está a punto de cumplir 40 años en los que se han aplicado 18 modificaciones legislativas y varios desarrollos normativos. “Pero su estructura, su corazón, permanece”, ha afirmado este lunes la vicepresidenta cuarta del Congreso, Marta González.

Si algo identifica al marco normativo en el que se establece la sanidad pública desde hace cuatro décadas es la universalidad de la atención sanitaria. Un derecho que, para la diputada, es una “responsabilidad ciudadana, una cuestión ética con las actuales y futuras generaciones”, ha añadido durante su participación en un acto organizado por Boehringer Ingelheim y que supone el punto de partida de un ciclo de encuentros que tendrán lugar en distintas comunidades autónomas durante todo un año, hasta abril de 2026. El objetivo de ‘Ruta 86’, apuntan desde el laboratorio, es además de conmemorar esta efeméride, también generar un espacio de reflexión compartida sobre los principales desafíos del SNS.

Entre otros, y desde la perspectiva de la industria, el director general de Boehringer Ingelheim España, Nicolas Dumoulin, ha identificado la agilización normativa en ámbitos como la investigación o la propiedad intelectual, que permitan traer “soluciones reales” para que la innovación en salud beneficie a pacientes, familias y profesionales. “Acompañado todo”, ha precisado, “con consensos regulatorios cada vez más ágiles”.

La sanidad pública española conserva los valores originales, pero necesita mayor financiación para afrontar retos como la cronicidad o el envejecimiento poblacional

En paralelo, la financiación se muestra como otro reto más aún en un contexto de presupuestos generales del estado congelados de manera recurrente, y que impactan de manera especial a la sanidad, a la que España destina en torno al 6,7% del PIB. Todo ello desemboca en un “sistema, ahora en fase de estrés que, de no corregirse, provocará que colapse”, ha advertido Agustín Santos, presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso. Un gasto que, de media, está entre 3 y 3,5 puntos por debajo de la media europea.

Boehringer-Ingelheim-Ruta86-SNS

Pero no es el único reto, ha agregado Santos, que también menciona la “responsabilidad de Estado” respecto a un pacto político que garantice la sostenibilidad del SNS, con “políticas de consenso”. Bajo el lema ‘Destino equidad sanitaria’ el primer acto de Boehringer Ingelheim, celebrado en Madrid, se celebra en un momento de cambios normativos profundos, con el anteproyecto de Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios y el Real Decreto de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Y, de fondo, la necesidad de garantizar dicha equidad como se consiguió hace 40 años, con “el hecho de que la situación económica o la edad del paciente no determinase la atención sanitaria”, ha subrayado González.

En el horizonte nuevos retos, como la cronicidad o el envejecimiento poblacional, la aparición de nuevas patologías o las estrategias de humanización.

Nuevas políticas, viejos debates

El evento ha reunido a políticos de aquella generación que logró el hito de la Ley General de Sanidad y a los que actualmente desempeñan su cargo en el parlamento. Como ha apuntado Faustino Blanco, ex consejero de Salud de Asturias y ex secretario de Estado de Sanidad, ese “proceso de cambio” comenzó en 1984, con el marco normativo para regular la atención primaria.

Poco después, con la normativa que regulaba el SNS, se avanzó hacia un modelo “potente” de redistribución de la riqueza, ha valorado la Dra. María Luisa Carcedo, ex ministra de Sanidad. En concreto, ha cifrado que en poblaciones con menor poder adquisitivo, llega a aportar un 30%; y en las más ricas, alrededor del 7%.

En cuanto a la atención sanitaria, el Dr. Boi Ruiz, ex consejero de Salud de la Generalitat de Catalunya, ha reivindicado que esta sea realmente universal, ya que a día de hoy “no se garantiza por ciudadanía”. Y esa responsabilidad de garantizar la asistencia recae sobre el Estado, “no le corresponde satisfacerlo al mercado”. Y ha destacado el papel de la atención primaria, que debe ser “el primer nivel de resolución” en un sistema sanitario como elemento de “cohesión social”. Por todo ello, Boi lo ha calificado como un “SNS con una mala salud de hierro».

De cara a futuro, las iniciativas que están muy avanzadas también incorporan parámetros que hace unos años ni se contemplaban. Entre otros, la participación de los pacientes en la toma de decisiones como actores autónomos, formados e informados y no como sujetos pasivos que reciben solamente atención sanitaria.

Políticos de distintas generaciones han destacado la importancia del SNS como elemento de cohesión y reducción de brechas sociales en todo el territorio

Así lo ha visto Alda Recas, portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados, que ha puesto como ejemplo el foro abierto. “Pone a las asociaciones de pacientes al mismo nivel que, por ejemplo, las enfermeras. Eso va a enriquecer mucho las políticas”, ha opinado durante una mesa moderada por Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes (FEP).

No obstante, no todos los grupos parlamentarios lo ven así. Para Elvira Velasco, portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, ese rol de los pacientes en el SNS es insuficiente y reclama una presencia mayor dentro del sistema sanitario. Asimismo, ha criticado el anteproyecto de Ley de Medicamentos del que ha recordado que “las expectativas no son buenas a tenor de las enmiendas”, que se cuentan por centenares tanto de asociaciones de pacientes, como de sociedades científicas y patronales.

Más allá de las rencillas entre grupos parlamentarios, María Sainz, portavoz adjunta del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, ha querido incidir en la importancia de que sea cual sea la propuesta legislativa que se formule, se trata de “dar el salto a los plenos del Congreso” para sostener un sistema de salud “bien armado, con profesionales muy comprometidos y una ciudadanía que ha sabido cuidarlo”.

La era de la “hiperexigencia”

Como muestra de los retos que afronta actualmente el SNS, el acto ha concluido con una conversación entre Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, y Sara García, bióloga molecular y astronauta en reserva de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Ambos hicieron énfasis sobre la gran cuestión estructural que afloró (aunque ya existiese) en la pandemia: la salud mental. Ante un problema que impacta de lleno en el SNS y consume muchos de sus recursos, el Gobierno impulsó hace algo más de un año el Comisionado de Salud Mental, para dar respuesta a las consecuencias que tiene la “hiperexigencia, hiperproductividad” que se vive hoy. Todo ello “lleva a un estrés cronificado”, ha reflexionado García, que también repercute en daños en la “salud celular. Estas situaciones nos afectan a nivel biológico”, ha sentenciado.

Podcast

Podcast

Economía

Accede a iSanidad

Buscar
Síguenos en