Anuario iSanidad 2024
Dr. Diego Becerra García, presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (Semnim) hasta mayo 2025
Tras el despliegue producido en 2023 por la importante renovación e incorporación de equipamiento de altas prestaciones, gracias los fondos europeos Next Generation canalizados por Plan Inveat, España se ha colocado en la media europea de dotación de equipos de medicina nuclear por población. Es un resultado que puede parecer modesto, pero la situación de partida era muy desfavorable.
El año 2024 ha supuesto, en consecuencia, la actualización de las carteras de servicio y la posibilidad de desarrollar una medicina nuclear más acorde con el estado de desarrollo de nuestro país. Así, la accesibilidad a los procedimientos PET, en la mayoría de casos con detectores digitales e imágenes híbridas (PET/CT), unido a la incorporación de nuevos radiofármacos diagnósticos de aplicación en enfermedades muy prevalentes, como en el caso del cáncer de próstata, así como al desarrollo de evidencia, que coloca estos procedimientos diagnósticos en líneas precoces en los algoritmos diagnósticos de las guías, está provocando un reposicionamiento de la medicina nuclear a nivel asistencial.
No obstante, esta renovación tecnológica no ha venido seguida, en la mayoría de los casos, de la adaptación de las plantillas a la que se habían comprometido los servicios regionales de salud para recepcionar los equipos y, por tanto, el rendimiento de la inversión no alcanza el impacto que el esfuerzo requiere. Esto es una asignatura aún pendiente a la que es necesario hacer seguimiento.
El año 2024 ha supuesto, en consecuencia, la actualización de las carteras de servicio y la posibilidad de desarrollar una medicina nuclear más acorde con el estado de desarrollo de nuestro país
Pero no sólo ha sido importante el impacto a nivel diagnóstico. Donde se está produciendo un alto impacto es a nivel terapéutico, que es donde en 2025 se concentrarán los esfuerzos para dotar a los servicios de unidades de hospital de día capaces de satisfacer la demanda.
Los sistemas sanitarios se encuentran desde hace años ante una realidad de recursos limitados, mientras que el gasto farmacéutico y la demanda sanitaria aumentan continuamente. En este contexto, resulta clave la optimización y personalización del abordaje clínico de cara a garantizar la calidad, efectividad y eficiencia de los sistemas sanitarios
Es un hecho que la medicina personalizada de precisión supone una estrategia que aporta grandes beneficios al paciente y que contribuye a la sostenibilidad y eficiencia del sistema sanitario mejorando los resultados en salud, evitando gastos innecesarios y minimizando ineficiencias y sesgos.
La medicina personalizada de precisión supone una estrategia que aporta grandes beneficios al paciente y que contribuye a la sostenibilidad y eficiencia del sistema sanitario mejorando los resultados en salud
Aunque el término de medicina personalizada y de precisión fue acuñado en 2008, su origen podemos remontarlo un siglo antes, cuando el premio Nobel Paul Ehrlich propuso el concepto de “bala mágica”. Las balas mágicas fueron idealizadas como medicamentos especiales con propiedades químicas y biológicas que permitirían a los agentes “encontrar y matar” con precisión focos de enfermedades sin dañar los tejidos sanos.
La terapia con radionúclidos (bien con radiofármacos o con dispositivos médicos), hace uso de esta idea al utilizar un ligando, con afinidad por una diana concreta, marcado con un radionúclido capaz de causar la muerte celular o de alterar su capacidad de replicación.
Pero esta estrategia terapéutica no es nueva en medicina nuclear y se viene aplicando desde que, en 1941, cuando Saul Hertz realizó la primera administración terapéutica de yodo radiactivo a un paciente con hipertiroidismo tras haberlo estudiado previamente con el mismo radionúclido.
La medicina nuclear permite obtener información en tiempo real sobre el fenotipo funcional de los órganos y tejidos a nivel molecular. A través de técnicas de imagen diagnóstica como la tomografía por emisión de positrones (PET) o la tomografía por emisión de fotón único (Spect), se pueden visualizar procesos biológicos como la proliferación celular, el metabolismo de glucosa, la hipoxia tumoral o la expresión de receptores específicos.
Estamos hablando del estudio en vivo del perfil fenotípico en un paciente individual, es decir, el diagnóstico de un perfil personalizado, con información dinámica y evolutiva en contraposición (o complementariamente) a la información estática que nos proporciona el análisis genómico.
La medicina nuclear, con su capacidad para visualizar y tratar procesos biológicos a nivel molecular, se ha convertido en una pieza clave de la medicina personalizada
Pero es que, además, mediante el uso de los mismos ligandos y cambiando el radionúclido, podemos actuar desde el punto de vista terapéutico sobre lo que hemos visto previamente en la imagen diagnóstica, actuando directamente sobre el fenotipo tumoral o de otros tejidos afectados, minimizando los daños colaterales en tejidos sanos. Es lo que ahora, más de 80 años después de iniciar su desarrollo, denominamos radioteragnosis.
Por ello, la medicina nuclear, con su capacidad para visualizar y tratar procesos biológicos a nivel molecular, se ha convertido en una pieza clave de la medicina personalizada. Al permitir la identificación precisa de características únicas en cada paciente, como la expresión de biomarcadores específicos, facilita tratamientos adaptados a las necesidades individuales, minimizando efectos secundarios y mejorando los resultados clínicos.
Este escenario augura un futuro inmediato muy prometedor, que requiere planificación de recursos y una estrategia formativa, pero que a la vez es muy ilusionante, especialmente por el alto valor que aporta a nuestros pacientes.