Los médicos de AP estarán implicados directamente en las medidas de control del absentismo laboral

Cuando la crisis aprieta, está claro que hay que tirar de donde se pueda y tomar las medidas que resulten más eficaces para evitar la sangría que representa para la economía la proliferación del absentismo laboral que ha llegado a tener una media de un millón de bajas diarias en toda España.

Ante los esclarecedores y alarmantes datos que acaba de presentar la Ministra de Empleo, Fátima Báñez, el Gobierno se ha puesto en marcha rápidamente y ya ha preparado el borrador de un Decreto que será estudiado en profundidad y puesto en marcha probablemente antes del verano.

Para que sus resultados sean todo lo eficaces que las circunstancias requieren, se ha preparado también otro Anteproyecto de Ley de Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, que la citada Ministra, según acaba de anunciar, tiene ya elaborado el preceptivo borrador, que se completará igualmente con la futura “Ley de Mutuas”, destinado a cambiar su regulación de forma que se aclare más y mejor su naturaleza privada – aun cuando no tengan ánimo de lucro- y se fijen con mayor nitidez los términos de su colaboración con la Seguridad Social.

Se trata de separar por completo su principal actividad, consistente en gestionar los fondos públicos para el pago de prestaciones a los trabajadores que se encuentran en situación de baja médica, de otras como los seguros, más encuadradas en el sector privado. El pago de las prestaciones por incapacidad temporal supone unos 8.500 millones al año, que se abonan con los recursos procedentes de las cotizaciones por contingencias comunes del 80% de los asalariados y de las contingencias profesionales del 95% de los trabajadores.

Según datos procedentes del INE, referidos al cuarto trimestre del pasado año, los asalariados se ausentaron de su puesto de trabajo, una media de 22,3 horas al mes. Por este y otros motivos, de vital importancia para las empresas, el Gobierno está dispuesto a endurecer el control del absentismo laboral, para lo cual, como paso previo, elaborará unas tablas en las que se recoja la duración media estimada que deben tenar las bajas, en razón a la patología de la enfermedad, la edad del trabajador o la ocupación. Debiendo aparecer estos datos en los respectivos partes de baja, fijándose, en términos de media, la cifra estimada de días que debe tener el periodo de incapacidad temporal (IT) elaborados por los ministerios de Empleo y Sanidad, que, antes del verano, aprobará el Consejo de Ministros, con el único fin de poner coto a las ausencias injustificadas al trabajo. Una costumbre endémica que se ha practicado siempre y con gran asiduidad en España, que afecta directamente a la productividad y competitividad de las empresas.

Tal y como se ha dado a conocer de manera oficial, la idea no es otra que dichas tablas establezcan la duración media tipo de los distintos procesos patológicos, así como su incidencia en las respectivas actividades laborales.

Unos plazos que, como es natural, son orientativos, que no persiguen nada más que reducir esas ausencias de trabajo que, actualmente, se han cifrado en una media de once días al año por trabajador.

Según el Presidente del “Think Tank” Civismo, Julio Pomés, en España hay auténticos profesionales del escaqueo laboral.

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha facilitado un cuadro con la media de días de baja laboral de los trabajadores españoles durante los últimos cuatro años, presenta estas cifras:

Año                         Nº medio de bajas mensuales
2010                      367.365
2011                       350.904
2012                       283.923
2013                       262.345
2014                       330.427

Las cifras de disminución correspondientes a los años 2012/2013, se ha podido comprobar que no son reales. Su disminución, no responde a un descenso de los casos de enfermedad, sino al incremento del temor en el trabajador de causar baja en su puesto de trabajo, por culpa de una determinada enfermedad.

Según datos no oficiales, las cifras de medias de baja laboral al mes, por Comunidades Autonómicas aportan estos datos. Entre las Comunidades más pobladas, Cataluña ostenta el record con 81.775 bajas; Madrid con 59.269; País Vasco, 23.349 y Comunidad Valenciana, 21.313.

La citada cifra de 64.000 millones de euros estimada como coste total anual del absentismo en España, para muchos analistas no es real, dado que a las prestaciones que por este concepto ha habido que abonar al trabajador, hay que sumarle otros conceptos que, por su diversidad y dificultad, resultan difíciles de precisar. Si a ellos se les sumaran esas otras partidas reales , el coste total se elevaría a una cifra bastante superior al 6% del PIB.

Es conveniente tener también muy en cuenta que el coste directo de este absentismo, más prestaciones, complementos, mejoras y cotizaciones a favor de los trabajadores, superó los 8.000 millones en 2010. De ellos las Mutuas abonaron ese año 3.371 millones en prestaciones. Las entidades gestoras de la Seguridad Social asumieron el pago de 2.600 millones y los empresarios unos 2.100.

Como es obvio, esas y otras circunstancias directamente relacionadas con la naturaleza del absentismo han sido tenidas muy en cuenta por el Ministerio a la hora de elaborar las nuevas normativas, que, como ya se ha indicado están aún pendientes de aprobación, por lo que, en beneficio de su eficacia , deben y tienen que implicarse diversos colectivos sociales y económicos como las propias asociaciones de empresarios, que deberán realizar un control más exhaustivo de la conducta del trabajador en esta materia, dado que podrán dar por finalizada la baja de un trabajador, si la sanidad pública no responde a su propuesta de alta en cinco días, dado que, ahora, las Mutuas solo las deciden en aquellos casos en que se trate de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales. Pero si se trata de enfermedades comunes o accidentes no laborales, se limitan a solicitar el alta al médico de cabecera de la sanidad pública.

Se trata, como es natural, de disminuir todo lo que sea posible, la sangría que representa la baja laboral de ese millón de media de trabajadores que diariamente, por este motivo, dejan de asistir a su trabajo, aumentando, además los trastornos sicosociales y laborales que estas bajas generan en casi todas las empresas.
..Lola Granada

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