Un estudio identifica una estrecha relación entre el desarrollo del autismo y el contacto con pesticidas

El departamento de ciencias de la salud pública de la Universidad de California Davis ha publicado recientemente un estudio sobre la relación entre el desarrollo de casos de autismo y el contacto cercano con pesticidas.

Este estudio se ha basado en datos sobre las aplicaciones de pesticidas comerciales en California, contando con más de 1.000 participantes, entre ellos tanto madres embarazadas, como demás miembros de familias, entre ellos, un gran número de niños autistas. Los investigadores han explicado que “hemos trazado los lugares donde vivían nuestros participantes en el estudio” para establecer la relación entre los casos de desarrollo de dicha enfermedad y el contacto con pesticidas.

Los investigadores encontraron que los riesgos del autismo eran mucho más elevados en zonas residenciales que se encontraban como mínimo de entre 1,25 o 1,75 kilómetros de distancia de aquellos lugares donde se aplicaban pesticidas. A esta distancia como mínimo vivía un tercio de la muestra del estudio afectada por dicha enfermedad. “Lo que vimos eran varias clases de plaguicidas más comúnmente aplicados cerca de las residencias de las madres cuyos hijos habían desarrollado autismo o habían retrasado las habilidades cognitivas o de otro tipo”.

Además refleja que los riesgos de dichos pesticidas afectaban de manera especialmente peligrosa a las mujeres embarazadas. Así, aquellas que vivían cerca de lugares donde se aplicaban dichos químicos, tenían dos tercios más de riesgo de tener hijos con problemas de autismo que las que no estaban expuestas a pesticidas.

El autismo se trata de un trastorno del neurodesarrollo, que ha ido aumentado durante los últimos años, con el aumento del uso de pesticidas en cultivos, jardines y parques. El estudio recuerda que las autoridades estadounidenses establecen que hoy en día afecta a casi 1 de cada 68 niños en Estados Unidos.

En este sentido, el estudio “valida los resultados de una investigación anterior que informó sobre la exposición prenatal a sustancias químicas agrícolas y su relación con el índice ascendente de niños autistas en Estados Unidos”. El informe explica que el cerebro del feto en desarrollo es particularmente sensible a químicos como los pesticidas. Además, los investigadores encontraron que los riesgos del autismo incrementaban cuando el contacto se producía durante el segundo y tercer trimestre del embarazo.

Los investigadores han recordado que “aunque se debe investigar si ciertos subgrupos son más vulnerables a la exposición a estos compuestos que otras, el mensaje es muy claro. Las mujeres que están embarazadas deben tener especial cuidado para evitar el contacto con productos químicos agrícolas siempre que sea posible”.
..Débora Rey

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