El Colegio de Médicos de Madrid (Icomem) defendió ayer la buena praxis de la médico de Familia que trató en un centro de salud a la auxiliar que días después ingresó y fue diagnosticada con el virus del Ébola, y que hace días quedó libre de la enfermedad. El sindicato Amyts se sumó a esta defensa. Ambos salen así al paso de las declaraciones de la auxiliar y de su marido (ya dado de alta tras confirmarse que no padece la enfermedad), que defienden que ésta informó en el centro de salud que había estado en contacto con los misioneros infectados. El colegio madrileño apunta que la actuación de la médico de Familia “se ajustó en todo momento a las previsiones contenidas en el código deontológico, en la legislación vigente y en los protocolos existentes en el centro de salud”, y sostiene que esta profesional no recibió de la auxiliar “en ningún momento dio información alguna sobre el hecho de haber atendido a personas diagnosticadas” con el virus. Amyts coincidió: “Actuó con la mayor profesionalidad, diligencia y saber”. (Diario Médico)