Solamente uno de cada cinco niños africanos con malaria recibe un tratamiento eficaz

Con motivo del Día Mundial del Paludismo (25 de abril), la Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció la situación por la que pasan las personas que padecen esta enfermedad. Los datos que, afectan mayoritariamente al continente africano, son alarmantes, y es que solamente uno de cada cinco niños africanos con malaria recibe un tratamiento eficaz para la enfermedad, a pesar de que tres cuartas partes de las muertes por esta enfermedad se da entre los menores; 15 millones de mujeres embarazadas no reciben ni una sola dosis de los fármacos preventivos recomendados, y cerca de 278 millones de personas en África todavía viven en hogares sin mosquiteras.

Para “reducir el sufrimiento humano causado por la malaria”, como afirma el doctor Hiroki Nakatani, los Estados deben poner en marcha medidas de prevención y pruebas de detección de la enfermedad, así como aplicar los tratamientos necesarios. La OMS recomienda que se realice la prueba de diagnóstico rápido para todos los casos sospechosos de malaria y que se actúe lo antes posible si el resultado es positivo, además recuerda que en 2013 se adquirieron 319 millones de kits de diagnóstico rápido, frente a los 46 millones del año 2008.

Nueva estrategia global para el período 2016-2030
La OMS ha elaborado una nueva estrategia global contra esta enfermedad para el período 2016-2030. En el mes de mayo será revisada por la Asamblea Mundial de la Salud, y es que tiene como objetivo que la estrategia reduzca el impacto de la enfermedad hasta en un 40% para 2020. Del mismo modo se propone eliminar la enfermedad en al menos 35 países en 2030.

El doctor Pedro Alonso, director del Programa Mundial contra la Malaria de la OMS, considera que para eliminar la enfermedad, se “requerirá un alto nivel de compromiso político y una importante financiación, que incluye nuevas inversiones en la vigilancia de la enfermedad, el fortalecimiento de los sistemas de salud y la investigación”.

La malaria o paludismo es una enfermedad infecciosa que solamente la transmiten determinadas especies de mosquitos del género ‘Anopheles’, y únicamente las hembras de esas especies. Existen cuatro tipos de parásitos del paludismo humano: ‘Plasmodium vivax’, ‘Plasmodium malariae’, ‘Plasmodium ovale’ y ‘Plasmodium falciparum’. El paludismo por ‘falciparum’, la forma más mortífera, abunda sobre todo en el África subsahariana, donde mata a casi un millón de personas cada año.

El arma más efectiva en la lucha contra la malaria sigue siendo el mosquitero tratado con insecticida o MIT. Sin embargo, como alerta Alonso, “necesitamos urgentemente nuevas herramientas para hacer frente a la resistencia a los insecticidas”, ya que el parásito ‘Plasmodium falciparum’ se ha vuelto resistente a la artemisinina y a la mayoría de los tratamientos antimaláricos disponibles en Camboya, Myanmar, Laos, Tailandia y Vietnam. La resistencia a la artemisinina, para la comunidad sanitaria supone una grave amenaza, y es que sus consecuencias, potencialmente serían más devastadoras en el África subsahariana, donde la malaria presenta una mayor morbilidad.

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