Un equipo de cirujanos españoles ha operado en Chiclayo (Perú) a Ilbert Lozano, un niño de seis años que tenía premaxila, una extraña malformación que le hacía tener por debajo de la nariz un trozo de encía con un diente.
Esta malformación, en el caso de Ilbert, fue provocada por una mala operación anterior cuando tenía tres años del labio leporino o fisura labial que, es uno de los defectos congénitos más frecuentes, y afecta a uno de cada 500 bebés recién nacidos. Este defecto, hasta que finalmente ha podido ser paliado, fue objeto de burlas por parte de sus compañeros de escuela, lo que hizo que el pequeño tuviera un carácter retraído, según explican los doctores.
La operación que, ha tenido lugar en el Hospital San Juan de Dios de Chiclayo, ha sido posible gracias a la campaña solidaria que ha realizado la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre) junto a la ONG Juan Ciudad.
“Nunca habíamos visto un caso así”, comentan Jesús Barón y Diego Luis Carrillo, cirujanos del equipo de Secpre, que también estaba formado por la cirujana Lourdes Cosío, las enfermeras Mercedes Messa y Lidia García y el anestesista Juan Carlos Sánchez.
Como explica el anestesista, a causa del diente que le taponaba la nariz, Ilbert apenas podía respirar, lo que hizo que la anestesia fuera “compleja porque el niño tenía poca capacidad pulmonar”.
“El pequeño tenía una premaxila con un dientecito por delante del labio. Lo que hemos hecho ha sido poner por delante el labio y la dentadura detrás”, agrega el doctor Carrillo. Una vez operado, Ilbert se quedó ingresado en una de las habitaciones de la clínica junto a otros niños recién intervenidos quirúrgicamente.
Labor solidaria de la cirugía española
Ilbert ha sido uno de los cerca de 60 niños que fueron operados por los médicos españoles dentro de esta campaña solidaria que se desarrolla anualmente desde el año 2000 y por la que han pasado ya más de 1000 pacientes desde entonces.
Se opera a niños procedentes de familias sin recursos, con patologías como labio leporino, paladar hendido, polidactilias (afección en la cual una se tiene más de cinco dedos en cada mano o en cada pie), sindactilias (dedos de manos y pies unidos sin separación), secuelas de quemaduras… Por la campaña han pasado ya más de 1.000 pacientes.
“Todos los casos que vemos aquí son gente con una situación de necesidad muy grande que han tardado 11, 12 o más horas en llegar. Cuando les atiendes y comprendes su necesidad, tienes la sensación de que tienes que ayudarles como sea”, afirma la cirujana Lourdes Cosío.
El caso de Ilbert que, ha sido el más complejo de todos durante los 15 días que ha durado la campaña solidaria, su satisfacción no ha sido la única, y es que se ha ido contagiando entre las familias, como por ejemplo con la pequeña Rafaela de seis meses, una niña que por fin ya puede mamar a gusto del pecho de su madre a las pocas de estar operada del labio leporino y que no hubiera huella de él. “Estoy muy feliz, no tenía dinero para operarla y he podido traerla aquí, a la campaña solidaria”, afirma su madre, Mari Luz Álvarez; o José Alonso, un adolescente con la cara deformada que tardó dos días en llegar a Chiclayo desde su localidad natal, San Ignacio. “Nuestra prioridad son precisamente estas familias con pocos recursos y que vienen de muy lejos. Es gente que no podría acceder en una situación normal a este tipo de cirugías”, concluye el doctor Jesús Barón.
..Emilio Ramirez