La millonaria obra de construcción del hospital de Son Espases, en la ciudad de Palma de Mallorca, está siendo una muestra de la realidad que apunta a amaños y episodios de corrupción en la sanidad española, especialmente en los dirigentes públicos que utilizan sus cargos para beneficio personal.
El juez Castro ha comenzado el proceso con la declaración de Aina Castillo, exconsellera de Salud e imputada por el presunto amaño en la concesión de la construcción del hospital, su gestión y mantenimiento. La construcción de este hospital era la mayor obra pública llevada a cabo en Baleares, y contaba con un presupuesto inicial cercano a los 780 millones de euros.
Castillo ha declarado que Jaume Matas, expresidente y principal acusado de recibir comisiones por esta obra, le aseguró que si no se adjudicaba a Dragados, del grupo ACS presidido por Florentino Pérez, podían tener “un problema político“. Por otro lado, Javier Rodrigo de Santos, exconcejal de Urbanismo de Palma, ya aseguró que Matas pidió hasta nueve millones de euros a Florentino Pérez a cambio de serle adjudicadas las obras.
Este episodio de posible corrupción es una muestra más del uso fraudulento que muchos de los dirigentes políticos públicos dan a los presupuestos públicos.
Después de que se haya dado a conocer esta historia, ¿qué no se podrá decir de las adjudicaciones de los servicios de limpieza, catering, seguridad, mantenimiento… de otros hospitales públicos? No son los pliegos o los concursos los que dan credibilidad al sistema, son las personas.
No se puede, ni se debe, afirmar que todos los dirigentes son corruptos porque sería mentir, pero los que no lo son y conocen a los que sí lo son, lo están permitiendo, y por tanto también son culpables.
..Dr. López Ortega