Telemedicina, teleasistencia, cita y consulta online, apps, TIC, etc. Cada vez que se intenta profundizar en el conocimiento de cualquiera de estas modalidades clínicas, se acaba desembarcando en la parcela de los pacientes crónicos y, como es natural, sale a relucir la cuestión de su respaldo tecnológico, la monitorización de pacientes o el ahorro de costes. El cuidado del enfermo crónico, que reitera las visitas a su médico y necesita un mayor seguimiento, tiene un coste bastante más elevado para la sanidad que aquel que genera el que puede calificarse como normal, aún cuando en otras ocasiones, bastante frecuentes, estas citas suelan referirse solo a las personas mayores y sus numerosas y habituales dolencias. De ahí que, clínicamente hablando, sea normal preguntarse ¿es este el colectivo ideal para ser tratado a través de un sistema de medicina a distancia? Muchas o bastantes sociedades médicas, están ya empezando a especializarse en la atención de esta creciente parcela para intentar dar soluciones prácticas de gestión a un colectivo, al que se le suele conocer también como el de los “enfermos frágiles”.
Es de sobra conocido que la telemedicina, o más concretamente las consultas online, se suelen adaptar mucho mejor al seguimiento de patologías o procesos menos complicados por lo que no es de extrañar que en ciertas zonas de menor población, al no contar con demasiados especialistas y una cierta dificultad de acceso, los pacientes tengan que desplazarse a las ciudades más cercanas y pobladas para poder ser debidamente atendidos por los facultativos correspondientes. En estos casos, la práctica de una videoconferencia puede ser acertada y útil. La entrevista médica realizada por este procedimiento podría anticipar un primer diagnóstico y/o derivar al paciente a realizarse otras pruebas para llevarlas a cabo antes de una segunda consulta, ya presencial.
Este tipo de teleconsulta médica será más factible para ciertas especialidades donde el contacto médico/paciente no parece, a priori, tan fundamental, como, por ejemplo en los problemas derivados del campo de la psicología, la dermatología o la pediatría, donde es bastante normal que, en ciertas ocasiones se necesite una asistencia de urgencia por problemas con diagnósticos, a veces, no muy certeros. En estos supuestos, una videoconferencia podría tranquilizar y orientar a pacientes y familiares sin hacer necesario el desplazamiento expreso del médico o de los pacientes.
¿Teleasistencia o Telecuidado?
La aparición y proliferación del uso de internet ha supuesto un gran avance en la utilización y aplicación de estas técnicas, que se están viendo reforzadas por la revolución móvil. Gracias a ello, actuaciones que necesitaban grandes recursos y tiempo, pueden realizarse ahora de forma sencilla, mejorando la eficiencia del trabajo y lo que es más importante, incrementando la calidad de prestación del servicio evitando traslados innecesarios.
La habitual utilización de los términos telehealth y telecare de forma indistinta en lengua inglesa y en castellano, al no estar bien traducidos provocan constantes equívocos en otros idiomas.
La telemedicina es sencillamente la prestación de servicios médicos a distancia, gracias a la utilización de determinadas tecnologías. Dentro de esta definición se enmarcan desde simples llamadas telefónicas para realizar consultas de salud con profesionales médicos hasta las más complejas operaciones de cirugía con robots controlados de forma remota.
El telecuidado por su parte, comparte el atributo de la utilización de su tecnología para tratar al pac iente en la distancia, pero con un enfoque algo más amplio. El telecuidado hace referencia a actuaciones desde el punto de vista sociosanitario y no sólo médico, con un marcado carácter preventivo y de seguimiento. Ambos términos están muy relacionados ya que se apoyan en esa utilización de tecnologías de la información y la comunicación. Más allá del concepto terminológico, entrando en el terreno práctico, telemedicina y telecuidado deben trabajar de forma conjunta, complementándose para maximizar la eficacia de ambos sistemas.
La telemedicina es el intercambio de información a distancia entre profesionales sanitarios sobre el diagnóstico, el tratamiento o el cuidado de los pacientes, a través de las TIC. También facilita que estos puedan contactar directamente con los profesionales dado que permiten trasladar el conocimiento médico allá donde se necesita y en el momento en que se precisa, eliminando barreras como el tiempo y la distancia. La telemedicina mejora la accesibilidad de la ciudadanía a los servicios sanitarios consiguiendo que esta sea mucho más equitativa, dado que puede facilitar que cualquier ciudadano pueda recibir una asistencia de la máxima calidad, con independencia de la zona geográfica donde viva o del centro sanitario del que dependa. De este modo, esta modalidad abre la posibilidad de que los pacientes puedan ser atendidos por centros especializados sin la necesidad de desplazarse físicamente a ellos.
Esta modalidad fue la primera en ponerse en práctica en nuestro país en los años noventa. El cuidado de pacientes crónicos, las intervenciones en casos de emergencia en que se requieren intervenciones urgentes como, por ejemplo, los pacientes que sufren un episodio de ictus-que pueden ser atendidos gracias al proyecto Teleictus- son otros campos en los que la telemedicina se proyecta como una disciplina que puede ofrecer una mejor asistencia, más equitativa, que incremente la eficiencia y ayude a garantizar la sostenibilidad de cualquier Sistema Sanitario. La teleasistencia facilita que determinados colectivos de pacientes, como por ejemplo los que sufren patologías de tipo crónico, puedan ser atendidos y monitorizados a través de equipamientos y dispositivos móviles, sin la necesidad de desplazarse a su centro asistencial. Esta monitorización se puede realizar en casos como el control de la presión sanguínea, los niveles de glucosa en sangre, etc. o el seguimiento de procesos de rehabilitación llevados a cabo desde el propio hogar. Sus beneficios afectan de una manera más directa y con un mayor confort al citado colectivo de los crónicos, así como a la administración sanitaria que le permitirá llevar a cabo una mejor planificación y reordenación de sus servicios sanitarios.
..Lola Granada