La fibromialgia está vinculada a una deficiencia de magnesio y al factor de crecimiento insulínico tipo 1

Tal y como demuestra un pequeño estudio, los pacientes con fibromialgia muestran deficiencias de magnesio en los glóbulos rojos y un factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1), lo que sugiere posibles pistas acerca de los fundamentos de esta enfermedad y de nuevas posibilidades de tratamiento.

En una enfermedad que es difícil y complicada de tratar por la subjetividad del dolor, la identificación de tales deficiencias puede representar una importante y objetiva forma de medir anomalías con objetivos de tratamiento definibles, comentó su autor principal Thomas J. Romano, Doctor en Medicina y especialista en dolor, afincado en Martins Ferry, Ohio. “La fibromialgia es un trastorno que es notoriamente carente de marcadores objetivos“, dijo.

En la identificación de una comorbilidad que puede ser verificada objetivamente, puedes dejar que los pacientes sepan que una de las razones de por qué están teniendo problemas es debido a estos niveles anormales. La restauración de los niveles a donde deben estar, como hemos observado, realmente puede transformar la vida de los pacientes, tienen más resistencia y más energía“, dijo el Dr. Romano.

Esta investigación fue presentada en la Reunión Anual de la American Academy of Pain Management (AAPM) de 2015.

Comorbilidades asociadas
Después de haber informado sobre los bajos niveles de magnesio RBC entre sus pacientes con fibromialgia ya en la década de 1990, el Dr. Romano señaló que algunos estudios anteriores también relacionaron el IGF-1 a la enfermedad y trataron de investigar más a fondo si las dos comorbilidades estaban asociadas con frecuencia.

Reclutó a 60 pacientes con diagnóstico de fibromialgia confirmado: 10 hombres con una edad media de 49,5 años y 50 mujeres con una edad media de 42,8 años.

En las pruebas de evaluación de IGF-1, los pacientes, como grupo, tuvieron una media del nivel IGF-1 de 59,33 ng / dl, que es inferior a la media de 235 ng / dL que se esperaría de acuerdo con los cálculos de las edades de los pacientes, ya que los niveles de IGF-1 dependen de la edad.

Las medidas de los niveles de magnesio RBC se tomaron también el mismo día, y los resultados, como grupo, mostraron un nivel medio de magnesio de 4,49 mg / dl, más bajo que el nivel medio de un grupo de control de 12 pacientes artrósicos y que el nivel estándar de laboratorio de 5,5 mg / dl.

Los resultados sugieren que si se determina que los pacientes con fibromialgia tienen niveles bajos de magnesio, se podría considerar comprobar el IGF-1“, dijo el Dr. Romano. Además, señaló que, al derivar a estos pacientes a un endocrinólogo, los resultados fueron coherentes.

Cuando sospecho que el IGF-1 de un paciente es bajo, lo envío a un endocrinólogo para que lo confirme y él hará una prueba de estimulación con arginina-GHRH intravenosa (hormona liberadora de la hormona del crecimiento)“, explicó. “La respuesta típica es llegar a un nivel máximo y luego el nivel se reduce, pero en la gran mayoría de los pacientes con fibromialgia es sólo una lectura plana, sin respuesta“.

El tratamiento para restaurar los niveles normales con la hormona de crecimiento suele comenzar con dosis bajas (0,2 mg), de inyecciones subcutáneas diarias durante varios meses, con un aumento del escalado si los niveles no se restauran tras varios meses, dijo el Dr. Romano.

Aunque el estudio es pequeño, el Dr. Romano instó a los médicos a considerar estos factores cuando se enfrentan al tratamiento de la fibromialgia. “El mensaje principal a transmitir es que hay que seguir buscando“, dijo. “Los pacientes con fibromialgia suelen tener numerosas comorbilidades y pueden estar relacionadas“.

Entre los estudios que también han vinculado el IGF-1 a la fibromialgia se incluye un estudio doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo, publicado en 1997 en el American Journal of Medicine, que mostró mejoras significativas y generalizadas en las puntuaciones de los síntomas de fibromialgia después de que las mujeres con IGF-1-deficiente fueron tratadas con inyecciones diarias de la hormona de crecimiento.

El “futuro” del dolor crónico
El especialista en dolor Forest Tennant, de la Veract Intractable Pain Clinic en West Covina, California, que también ha explorado el papel de las hormonas en el dolor crónico y dado una charla sobre el tema en la Reunión Anual, apuntó que, aparte de los pocos estudios anteriores, el papel de la hormona del crecimiento en la fibromialgia no ha sido ampliamente explorado.

Cuando se trata de dolor, no estamos del todo seguros de lo que hace la hormona del crecimiento, pero sí de que afecta principalmente a tejidos duros como el cartílago del hueso“, comentó. “Pero hemos estado estudiando ampliamente la gonadotropina coriónica humana y parece que funciona más significativamente en el sistema nervioso y realmente parece estar convirtiéndose en un compuesto esencial. A pesar de ello me alegra saber que se está estudiando esto, ya que la implicación hormonal es el futuro del dolor crónico, no hay duda al respecto“, concluyó.
..Susana Calvo

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