Increíble, pero cierto, y es que lo que le ha sucedido a Estela Osses, una mujer de Chile tras acudir al dentista, por surrealista que pueda parecer, es tan real como que ahora mismo solamente le quedan siete dientes en su boca.
Estela quiso mejorar su sonrisa, pero prácticamente fue destentada por completo, y es que y sin que sus dientes presentaran un mal estado que le incitaran acudir al dentista, todo lo contrario, ya que su salud bucodental era “óptima”, decidió acudir al centro médico de Providencia para que le pusieran un diente postizo porque le tenía miedo al dentista y no quería un implante.
A partir de ahí, hace ya más de dos años -30 de junio de 2013-, empezó su calvario. Como relata a Chilevisión, para poder costearse el procedimiento en el centro médico Megasalud de Providencia ha tenido que vender su coche y embargar parte de sus propiedades.
Estela cuenta que cuando despertó de la anestesia se dio cuenta de que algo en su boca y en sus dientes no iba bien, o mejor dicho, faltaban muchos dientes, y es que hasta un total de 10 piezas dentales le habían sacado, sin saber a día de hoy el motivo.
Asegura que nada de lo que le hicieron en la intervención fue avisada y que todo fue hecho sin su consentimiento. “Arriba tenía 12 dientes, ahora no tengo ninguno, y abajo 11 dientes menos”.
Cuando acudió a Megasalud a pedir explicaciones, le colocaron una placa postiza que, no está fija y le impide hablar con precisión y claridad. Se sometió a una segunda intervención y, de los 11 implantes que aseguraron que le pondrían, le colocaron nueve.
Han pasado ya más de dos años, y el daño sufrido, ya no estético -solamente tiene siete dientes- sino moral, es tremendo. Desde entonces no puede comer nada sólido y no puede encontrar trabajo. Con 66 años, tiene los ganglios inflamados por las infecciones, úlcera en el esófago, sufre de arritmia ventricular severa, hipertensión, crisis de pánico y una profunda depresión.
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