Publicado en ABC La denominada ‘comida rápida’, esto es, aquellos alimentos que, por lo general, más que comer ingerimos para ‘satisfacer’ nuestras necesidades energéticas de la manera más fugaz posible, ha sido tradicionalmente tildada como un tipo de comida poco saludable. De hecho, son muy numerosos estudios que alertan de que el consumo de este tipo de comida se asocia con una mayor incidencia de obesidad y, por tanto, con un mayor riesgo de distintas enfermedades –entre otras, las cardiovasculares y la diabetes–. Y es que la comida rápida contiene grandes cantidades de sal, grasas y calorías. Es más; un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken en Washington (EE.UU.) muestra que la comida rápida tiene una gran cantidad de ‘ftalatos’, compuestos químicos utilizados en el empaquetamiento industrial que suponen un grave riesgo para la salud tanto de los menores como de los adultos.