Publicado en La Vanguardia El hospital Al Quds, en Alepo, fue bombardeado anoche por la aviación del régimen de Bashar el Asad. El ataque causó al menos 22 muertos, según la defensa civil siria, conocida como los Cascos Blancos. Una de las víctimas, señaló la cadena Al Yazira, fue el doctor Wassem Maaz, de 44 años, el último pediatra que quedaba en el sector de la ciudad en manos de las milicias rebeldes. Otras fuentes hablaban de 50 muertos, entre ellos 13 mujeres y 15 niños. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) confirmó la muerte del médico y la de dos guardas del centro médico, mientras que los Cascos Blancos identificaron a un dentista, el doctor Ahmad Abu al Yaman, y cinco miembros de una familia, entre ellos dos niños. Otros dos barrios, Bani Zaid y Rashidin, además del de Al Sukkary, donde se encuentra el hospital, fueron bombardeados ayer, uno con cohetes y otro con barriles de explosivos arrojados desde helicópteros, según France Presse. Sobre la autoría del ataque al hospital, el OSDH se limitó a decir que fue la aviación “del régimen”, mientras que la agencia turca Anadolu afirmó, sin aportar detalles, que se trató de un avión ruso.