Publicado en Diario Médico En torno al 20 por ciento de la población europea sufre dolor crónico, lo que supone cerca de cien millones de personas a las que esta patología interfiere en su vida diaria. Además de bajas laborales y problemas funcionales, el dolor es la causa de que estas personas tengan una frecuentación de los centros de salud tres veces superior a la población general. Además, sólo uno de cada cinco sale de su visita al médico satisfecho con el tratamiento prescrito. Estos son algunos de los datos que han servido de contexto a la celebración del simposio Impacto Social del Dolor (SIP, por sus siglas en inglés), organizado la pasada semana en Bruselas por la Federación Europea de Sociedades del Dolor (EFIC, por sus siglas en inglés), con la financiación de Grünenthal y el apoyo de los pacientes, representados por Pain Alliance Europe (PAE), y la sociedad civil, representada por Active Citiezenship Network (ACN). SIP nació en 2010 para dar voz a la EFIC en un intento de concienciar a las instituciones europeas de la importancia de promover el dolor, primero, como enfermedad en sí misma en lugar de como simple síntoma, y, segundo, como una de las principales causas de incapacidad laboral y funcional de los ciudadanos de los Estados miembros.