La comunidad de bacterias que vive en nuestros intestinos, también llamada “microbiota intestinal”, es importante para una función intestinal normal. Sabiendo que las lesiones de la médula espinal a menudo afectan negativamente a la capacidad del intestino para hacer su función, los investigadores del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio mostraron que las lesiones de la médula espinal provocan profundos cambios en la microbiota intestinal. También demostraron que alimentar a ratones con probióticos después de una lesión de la médula espinal confirió neuroprotección y mejoró la recuperación funcional.
Los resultados están publicados en la revista Journal of Experimental Medicine.
“Los miles de millones de microbios que existen en el tracto gastrointestinal han surgido como reguladores fundamentales del desarrollo humano y la fisiología. Las lesiones de la médula espinal causan cambios drásticos en los tipos de bacterias que se encuentran normalmente en el intestino, lo que resulta en la disbiosis, que puede causar o contribuir a la enfermedad neurológica“, dijo el investigador principal Phillip Popovich, profesor de neurología y director del Center for Brain and Spinal Cord Repair at Ohio State’s Neurological Institute.
Aunque aún no se ha determinado que la disbiosis afecte a la recuperación después de una lesión de la médula espinal, el equipo de investigación de Popovich demostró que:
– Una lesión medular traumática provoca translocación bacteriana (movimiento de las bacterias desde el intestino hacia tejidos estériles de todo el cuerpo) y disbiosis. Estos cambios están asociados con la activación de las células inmunes en el tejido linfoide asociado al intestino (GALT).
– La inducción experimental de disbiosis antes de la lesión de médula espinal afecta a la recuperación funcional y exacerba la patología de la médula espinal. Es importante destacar que los antibióticos utilizados para inducir disbiosis se utilizan a menudo en clínicas especializadas en lesiones de médula espinal para tratar la neumonía (gentamicina), las infecciones de heridas (estreptomicina) o la cistitis (ciprofloxacina).
– Por el contrario, cuando se administran los probióticos disponibles en el mercado, después de la lesión de la médula espinal, éstos protegen el microbioma y confieren neuroprotección, mejoran la recuperación neurológica y provocan una respuesta inmune protectora en GALT.
“A pesar de que la parálisis y la pérdida de la función neurológica son consecuencias conocidas de las lesiones de médula espinal, los datos actuales revelan un papel poco apreciado anteriormente de la lesión de la médula espinal en el cambio de la microbiota intestinal con efectos recíprocos sobre la magnitud de la recuperación funcional y la neuropatología de la médula espinal“, dijo la primera autora, Kristina A. Kigerl de la Universidad Estatal de Ohio.
Estos datos ayudarán a diseñar futuros programas de investigación pre-clínicos y clínicos centrados en comprender la importancia del eje microbiota-intestino-cerebro en la recuperación de las lesiones de médula espinal, dijo Popovich.
..Susana Calvo