El 20% de las personas que mueren por parada cardirrespiratoria podrían sobrevivir con una reanimación cardiopulmonar (RCP) practicada en los primeros ocho minutos, y es que así se puso de manifiesto durante el ‘Curso teórico práctico en técnicas de soporte vital básico y avanzado para médicos y enfermeras’, acreditado por la Sociedad de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) y coordinado por la especialista en Medicina Intensiva del Hospital Quirónsalud Sur de Madrid, Amparo Paredes.
En concreto, existen tres tipo de RCP: la básica, que se realiza sin equipo, a través de compresiones torácicas y respiraciones de rescate, con una secuencia de 30 compresiones/2 respiraciones; la instrumentalizada, que incluye además de todo lo anterior, un desfibrilador externo semiautomático, y la avanzada, que incluye todo el equipo necesario.
En relación a esta última, precisa de equipamiento y entrenamiento adecuados, siendo deseable iniciarla antes de ocho minutos desde la parada y necesita al menos dos reanimadores, siendo el más experimentado el que realice la intervención.
Todo ello, tal y como se indicó en el curso, con el objetivo de realizar compresiones torácicas de calidad, con una frecuencia de 100/120 por minuto y con una profundidad de 5/6 centímetros, y conseguir una desfibrilación precoz.
Asimismo, durante el curso, los participantes pudieron obtener información sobre la importancia de la cadena de supervivencia, que consta de cuatro fases: reconocimiento y activación del sistema de emergencias médicas; llamada al 112, RCP practicada por el primer interviviente; desfibrilación precoz; y soporte vital avanzado y cuidados postreanimación.
Además, durante el curso, los participantes pudieron acceder a un programa completo de formación en soporte vital avanzado, con recomendaciones sobre cómo realizar una RCP instrumentalizada, asistencia circulatoria y ventilatoria, utilización de fármacos, accesos venosos, identificación y tratamiento de arritmias (con fármacos y con desfibrilador), RCP en situaciones especiales tales como anafilaxia, hipotermia o ahogamiento, entre otras y RCP pediátrica.
En España más de 30.000 personas mueren todos los años debido a una parada cardiorrespiratoria, sin embargo, muchas de estos fallecimientos se podrían evitar si la población supiera iniciar el masaje cardíaco de emergencia mientras se espera la llegada de los servicios sanitarios, y es que así lo advierten desde la SEMICYUC.
Tras una enfermedad cardíaca, en nuestro país el índice de salvación se sitúa en un 4% mientras que en Estados Unidos se sitúa ya en un 50% gracias a la implantación masiva de desfibriladores. Por cada minuto que se pierde, hay un 10% menos de probabilidad de supervivencia.
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