Publicado en ABC A Valentín Fuster (Barcelona, 1943) se le suele citar como cardiólogo, aunque la definición que más se le ajusta es la del científico que trabaja con pacientes. Su reto es perseguir la salud global, más allá del corazón. Lo hace desde el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en Madrid y desde el Hospital Mount Sinaí de Nueva York. Hoy mueren menos personas por el corazón; sin embargo, la enfermedad cardiovascular sigue extendiéndose. ¿Es el momento de centrarnos en la prevención más que en el tratamiento? La vida se está prolongando y, aunque podremos avanzar en nuevos tratamientos, económicamente no vamos a poder soportarlo. Debemos hacer un cambio radical. Durante muchos años hemos trabajado en la ciencia de la enfermedad y ahora debemos trabajar en la ciencia de la salud, con los mismos dispositivos científicos y técnicos. Promover la salud va a ser mucho más económico que tratar la enfermedad. ¿Cómo se puede dar ese giro?. Desde el CNIC ya hemos empezado. Creemos que la prevención de la salud se debe atacar en tres etapas de edad: en la infancia, desde los 25 años a los 50 y desde los 50 a los 100. En la última etapa hay que prevenir problemas neurodegenerativos. Los mismos factores de riesgo para el corazón lo son para el cerebro.