Publicado en El País Hay personas tan paralizadas que ni siquiera pueden abrir o cerrar los párpados. Aun estando alerta, oyendo, oliendo o pensando, los afectados por el síndrome de cautiverio total no pueden mover ni los ojos. Para estos pacientes, la comunicación con el mundo exterior es imposible. Ahora una interfaz cerebro-máquina ha permitido a cuatro de ellos responder preguntas de sus cuidadores o familiares. Los cuatro dijeron ser felices a pesar de su estado. El síndrome de cautiverio o enclaustramiento, como también se conoce, puede estar provocado por una lesión en el tallo cerebral o enfermedad que afecta a las neuronas motoras. Otra de sus causas es la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que va inmovilizando todos los músculos de forma progresiva. En los casos más extremos del síndrome se produce una oftalmoplejía que impide el movimiento voluntario de los ojos. Por eso los afectados están como encerrados dentro de su propio cuerpo.