El Comz, pionero en formación de mindfulness

El Colegio de Médicos de Zaragoza es pionero en formación en mindfulness para profesionales sanitarios. Bajo la dirección de Javier García Campayo, responsable del Master en Mindfulness en la Universidad de Zaragoza y Psiquiatra en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, la formación en mindfulness se estructura en 6-8 sesiones semanales de 2-3 horas cada una.

En estos cursos el alumno se familiariza con los elementos básicos de la teoría y la práctica de mindfulness, de manera que puede ir incluyéndolo de forma progresiva en su rutina de vida, señala Javier García Campayo. “Estos cursos, recuerda, empezamos a ofertarlos en el Colegio de Médicos de Zaragoza en 2012, y vamos ya por la quinta edición”.

Inicialmente se ofertaban cursos de introducción. Con el tiempo, se han incluido cursos de profundización, cursos de Terapia de Compasión (una técnica afín y complementaria a mindfulness que permite tener una relación con nosotros mismos mucho más afectuosa) y prácticas mensuales de mindfulness. Todos ellos tienen una gran aceptación en cuanto número, adherencia y satisfacción.

Tal y como subraya Javier García Campayo, director del Master de Mindfulness y responsable de estos cursos en el Colegio de Médicos de Zaragoza, “esta oferta formativa es original entre los colegios de médicos españoles, y puede servir de modelo para su implantación en otros colegios profesionales del país”.

¿Qué es mindfulness?
Mindfulness sería lo contrario a inatención, señala Javier García Campayo. “Describe una capacidad humana innata, pero poco explorada hoy en día, por no decir desconocida, que es la atención”.

Tal y como reconoce García Campayo, la atención es una cualidad poco valorada, porque vivimos en una sociedad en la que lo habitual es realizar múltiples tareas simultaneas (lo que llamamos multitarea). Algunos ejemplos serían: comer viendo televisión, caminar hablando por el teléfono móvil, ver la televisión o escuchar música mientras se escribe en el ordenador… “Los niveles de falta de atención en nuestro mundo occidental son increíbles, probablemente los más elevados que se han descrito en la historia del ser humano”, subraya García Campayo.

Para saber en qué consiste, indica el responsable de la formación en mindfulness en el Comz, existen múltiples definiciones. Una de las más utilizadas es la de Jon Kabat-Zinn: “Simplemente parar y estar presente, eso es todo”. Según García Campayo, cualquier definición de mindfulness debe incluir los siguientes aspectos:

Capacidad de estar atento: El individuo no está distraído, somnoliento o indolente, sino atento y centrado en lo que está viviendo.
En el presente: Uno puede estar atento al pasado echándolo de menos (fenómeno que ocurre en la depresión) o centrado en el futuro, temiendo algo que va a ocurrir en él (lo que ocurre en la ansiedad). En mindfulness, el sujeto está exclusivamente en el presente.
Intencional: Entrar en estado de mindfulness constituye un ejercicio de voluntad, intencional, al menos al principio de la práctica. Con el tiempo el proceso se vuelve natural y se puede estar en ese estado la mayor parte del tiempo.
Con aceptación: Uno no juzga, critica o esta a disgusto con la experiencia presente, sino que la aceptar de forma radical. Aquí aceptación es diferente de resignación o pasividad, el sentido es de apertura y curiosidad no critica ante cada experiencia.

La cualidad de la atención se puede aprender (realmente, reaprender, porque siempre la tuvimos) y entrenar o cultivar con el uso regular de técnicas y prácticas específicas señala García Campayo.

¿Para qué se utiliza mindfulness?
Tal y como destaca el responsable del master en mindfullness en la Universidad de Zaragoza, “existe una auténtica revolución mindfulness que hace que esta técnica se este extendiendo en diferentes ámbitos y en gran cantidad de países”. Donde más se utiliza en la actualidad es en estos tres ámbitos:

1.- Salud: Mindfulness es eficaz en el tratamiento de enfermedades psicológicas (ansiedad, depresión, adicciones, trastornos de conducta alimentaria) y físicas (dolor crónico, enfermedades cardiovasculares, cáncer…). También se emplea para prevenir enfermedades o aumentar el bienestar psicológico.

2.- Educación: En niños aumenta la concentración, ayuda a regular mejor las emociones y, consecuentemente, mejora los rendimientos académicos. En los profesores disminuye el estrés y previene el quemado profesional.

3.- Empresa: Mejora la satisfacción de los trabajadores y su implicación en el trabajo, disminuye el absentismo y el presentismo y aumenta el rendimiento laboral.

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