Publicado en El Mundo Jesús empezó a sentirse mal después trabajar durante casi 15 años en el servicio de Reanimación del Hospital La Fe. De forma ininterrumpida había estado preparando todo tipo de fármacos considerados biopeligrosos y cancerígenos sin más protección que unos guantes y una bata que le facilitó la dirección del centro. Como otros muchos sanitarios de hospitales, este enfermero ha manipulado durante más de una década medicamentos con componentes biopeligrosos como el miccfenolato mofetillo, ganciclovir, fenitoína, tacrolimus. De igual modo ha estado en contacto permanente con la ciclosporina y la azatioprina, dos principios activos considerados cancerígenos para el ser humano. En 2010 se dio cuenta de que siempre estaba cansado. Su agotamiento físico le impedía practicar su pasión de caminar por la montaña. Cuando acompañaba a su mujer se quedaba tan atrás que advirtió que su organismo había dejado de funcionar.