El proceso diagnóstico en Medicina de Familia está determinado por algunas características propias del contexto en el que trabajamos:
– Presentación de las enfermedades en una fase indiferenciada.
– Baja prevalencia de algunos problemas de salud.
– Problemas banales y graves, en su inicio, comparten los mismos síntomas.
– Valores predictivos bajos de las pruebas diagnósticas.
– Alta prevalencia de síntomas orgánicos a los que es difícil asignar una etiqueta diagnóstica.
– En estas condiciones, conocer las reglas que rigen la utilidad de las pruebas diagnósticas es esencial.
Además, el médico de familia, en una era de rápidos avances tecnológicos, como el resto de médicos, para diagnosticar a sus pacientes se apoya más en pruebas de laboratorio o de imagen. De este modo, da menos valor a la historia clínica, la exploración física y el conocimiento del entorno del paciente, sirva de ejemplo que entre el año 2000 y el 2006, en Medicaid, se duplicó la utilización de pruebas de imagen.
..Dr. Luis García Olmos. Director médico-científico de Medicina de Familia
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