Dado que la cronicidad es uno de los principales retos del sistema nacional de salud, es una obligación de todos utilizar toda la capacidad del sistema en beneficio de los pacientes de una manera sostenible. Las 23.000 oficinas de farmacia están perfectamente capacitadas para atender a los pacientes crónicos. Además de la adhesión al tratamiento pueden dar un soporte para el control de la tensión arterial, control de la glucemia en la diabetes, análisis sencillo y otros cribados. La atención a los crónicos desde la farmacia puede suponer una atención temprana y la prevención de complicaciones.