Liderazgo y líder son términos ambivalente en la actualidad. Vivimos en una época en que cualquier tipo de autoridad se cuestiona. Además es muy difícil que haya líderes sólidos. La mayoría de los líderes tienen seguidores, pero cada vez menos y muchos de ellos son por interés de estar bajo la protección de una útil influencia para obtener poder. Seguidores acríticos e incondicionales cada vez hay menos. Y por otro lado los detractores son cada vez más agresivos con los líderes.
La política y su juego de poder hace que tratemos de ver a los líderes de los partidos contrarios, los que nos gobiernan o nos pueden gobernar como villanos, al menos aquí en España, por lo que un líder con éxito puede verse en el futuro avergonzado como persona. Las redes sociales y la diversificación los medios de comunicación ha hecho que haya mucha más transparencia sobre los líderes y conocimiento de todo lo que hacen, a veces de manera sesgada y muy crítica. Aunque esto no es algo nuevo se ha generalizado más con los medios de comunicación y la inmediatez de Internet y las redes sociales. Hay que recordar que sobre este tema hay un refrán muy grafico: “Cuando más alto subas la árbol más se te verá el trasero“.
“Management es hacer las cosas bien. Liderazgo es hacer las cosas correctas”. Peter Drucker
Actualmente mucha gente está enfadada y encuentra en los líderes el objeto perfecto para echar la culpa de sus males y para expresar su frustración. El liderazgo se hace difícil y además por esa transparencia se ven más los defectos de los líderes. Los líderes son humanos y tienen luces y sombras como todo el mundo. Lo importante es que las luces compensen sobradamente a las sombras. Recordemos a Churchill como líder. Uno de los artífices de que los aliados pudieran ganar la II Guerra Mundial y de levantar la moral de Europa en momentos difíciles. Pero a la vez un ser humano con multitud de defectos.
Liderar no es gestionar. Gestionas las cosas, el presupuesto, los horarios, los procesos, incluso puedes gestionar las plantillas pero las personas se lideran. Y aunque seas un directivo y tengas poder o ascendencia sobre ellas siempre deben de tratarse con el máximo respecto, nunca hay que cosificarlas o manipularlas, lo cual hoy es frecuente.
Hay que recordar que poder y autoridad no es lo mismo. El poder lo puedes tener en consideración a tu cargo e incluso se puede comprar, sin embargo la autoridad no se puede comprar. La autoridad que tienes sobre los demás depende en una parte pequeña del poder. La verdadera autoridad es ser tenido en cuenta, respetado y convencer a los demás por lo que piensan sobre tus conocimientos, profesionalidad y comportamiento. La autoridad se suele ganar con el ejemplo, la honradez, la coherencia, la comunicación, el apoyo a los demás y la persuasión. Y en el sector salud además estos valores son fundamentales sumando el estar siempre pensando en lo mejor para el usuario.
Os dejo está pequeña tabla que prepare para un curso de habilidades de dirección donde gráficamente se exponen estas diferencias:
..Dr. Carlos Alberto Arenas. Vicepresidente Fundación Economía y Salud. Gerente del Área IX de Salud de la Región de Murcia