Los neurofilamentos de cadena ligera se han posicionado en poco tiempo con un biomarcador útil para conocer el daño cerebral de los paciente de esclerosis múltiple y poder adaptar de forma óptima los tratamientos. Ahora, el Proyecto NeuroPath-EM busca que se implante su uso en todos los hospitales posibles, ya que se identifica mediante un análisis de sangre