La reciente aparición de una cátedra impulsada por la Fundació Puigvert y la Universitat Autònoma de Barcelona revela la necesidad de que los urólogos reciban una formación continuada en un contexto de constantes avances tecnológicos con procedimientos menos invasivos y que permiten una mayor recuperación del paciente
La Fundació Puigvert señala que es el método que ha revolucionado el diagnóstico de este cáncer, pero el cribado también conlleva desafíos: cada prueba cuesta unos 300 euros y harían falta más máquinas y más sanitarios formados