La psicoterapia puede ser tan efectiva como los fármacos en el tratamiento de la depresión, y es que así lo considera la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con más de 322 millones de personas afectadas en el mundo y, convertida en la mayor causa de mala salud y discapacidad, la OMS sostiene que una de las maneras más eficaces de afrontar esta “epidemia silenciosa” es capacitando al personal médico no especializado para brindar terapia psicosocial a los enfermos.
Pues bien, ahora, un reciente estudio en Alemania del que hace eco The Gerontologist, concluye que la psicoterapia ayuda a los cuidadores de seres queridos con demencia a mejorar su salud física y mental.
La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) es una forma de psicoterapia común que se imparte a través de un reducido número de sesiones para aprender a usar las habilidades que permiten responder a situaciones y emociones estresantes o difíciles. Como las sesiones son en persona, muchos cuidadores no pueden recibirla. Hay materiales educativos y grupos de apoyo para los cuidadores, pero estudios previos habían hallado que la TCC beneficiaría la salud de ese grupo.
“La TCC siempre es mejor que las estrategias psicoeducativas o los grupos de apoyo”, afirma Gabriele Wilz, de la Universidad Freidrich Schiller, Jena. En Estados Unidos había 15,9 millones de cuidadores de personas con Alzheimer u otra forma de demencia en 2016, según datos de la Asociación del Alzheimer.
Los cuidadores de personas con demencia tienen dos veces más de posibilidaddes de padecer problemas emocionales, económicos y físicos
Los cuidadores de personas con demencia tienen dos veces más de posibilidaddes de padecer problemas emocionales, económicos y físicos. “La psicoeducación es importante, pero insuficiente para, por ejemplo, sobrellevar emociones negativas o aprender nuevas estrategias para superar conductas difíciles, modificar los pensamientos disfuncionales o promover tiempo recreativo para los cuidadores”, añade.
Su equipo diseñó un programa individualizado de TCC para los cuidadores de personas con demencia que un psicoterapeuta podía administrar por teléfono. Al azar, en un ensayo clínico, 273 cuidadores de un esposo/esposa o un padre/madre con demencia usaron la TCC por vía telefónica en una decena de sesiones de 50 minutos cada una, durante seis meses. Los autores evaluaron a los participantes al inicio del estudio, a los seis y a los 12 meses. Al principio, todos tenían altos niveles de depresión, dolores físicos y síntomas cardíacos que la población general sin tener pacientes a cargo.
A los seis meses, los cuidadores tratados con TCC telefónica presentaban menos depresión y síntomas físicos, además de un mayor bienestar emocional y capacidad de superar la carga de los cuidados y las conductas complejas de sus seres queridos.
A los 12 meses se redujo la diferencia entre el grupo tratado con TCC y el grupo control en los niveles de depresión y los síntomas físicos. Pero el uso de la TCC siguió generando una mayor sensación de bienestar y de superación de los problemas.
Sí el año pasado la OMS dedicó el Día Mundial de la Salud que, se celebra cada 7 de abril a la diabetes, este año fue a la depresión bajo el lema “Depresión, hablemos de ello”. A tenor de un trabajo publicado en la revista especializada The Lancet Psychiatry, en abril de 2016, la OMS puso de manifiesto que un mayor impulso a la investigación en relación con el tratamiento de la depresión y la ansiedad, podía suponer que por cada dólar que se invirtiera en el estudio sobre la terapia de estas enfermedades se produciría un retorno de cuatro.
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