Agotamiento, depresión, o ambas cosas juntas, y es que casi dos tercios de los médicos de Estados Unidos lo padecen y, por ende, está afectando su trato con los pacientes, según se desprende de una encuesta de Medscape.
Más de 15.000 médicos de 29 especialidades respondieron sobre la depresión y el llamado “síndrome de burnout”, es decir, el “síndrome de desgaste profesional”. Los médicos de cuidados críticos y los neurólogos fueron los que reportaron las tasas más altas de agotamiento (48%), seguidos de los médicos de familia (47%) y los obstetras, ginecólogos y los internistas (46%).
Por el contrario, las especialidades menos “estresadas” fueron los cirujanos plásticos (23%), los oftalmólogos (33%), y dermatólogos y patólogos (32%). En cuanto a agotamiento y depresión, el 14% de los entrevistados afirmaban sentirse en esos estados.
“Uno de cada tres médicos deprimidos dijo que los pacientes lo exasperaban más fácilmente, el 32% dijo que sentía menos compromiso con sus pacientes y el 29% admitió que era menos amistoso”, afirma Leslie Kane, directora senior de Medscape Business of Medicine.
Por el hecho de ser médico, hay que ofrecer al ciudadano la garantía de que quien le atiende se encuentra sano y puede ejercer su profesión
Recientemente, la Organización Médica Colegial (OMC) y la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) dieron a conocer el primer documento de posición sobre iatrogenia en España, en concreto bajo el título ‘Documento del grupo de trabajo SESPAS-OMC sobre iatrogenia’, es decir, sobre los daños o resultados clínicos no deseados que, no necesariamente se deben a error, negligencia o calidad baja, causados por la atención sanitaria en los procesos de diagnóstico o tratamiento, y que no están relacionados con la patología que padece la persona afectada.
En palabras del presidente de la OMC, el Dr. Serafín Romero, las razones de plantear este documento junto a SESPAS, por enumerar algunas, dijo que era “porque garantiza una asistencia profesional de calidad y segura” y es que “por el hecho de ser médico, como garantía al ciudadano de que se encuentra sano y ofrecer garantías al paciente de que quien le atiende está sano”.
Se debe garantizar a la población que el ejercicio de la profesión no les va a perjudicar
Según la encuesta de Medscape, casi el 15% de los médicos deprimidos reconoció que ese estado, o mejor dicho, esa enfermedad, los haría cometer errores que en condiciones normales no tendrían, y el 5% comentó que la depresión les había hecho cometer errores que dañaron a los pacientes. A tenor de estas cifras, hay que poner casi en un “altar” las declaraciones del Dr. Andreu Segura Benedicto, de la vocalía Grupos de Trabajo de SESPAS durante la presentación del documento sobre iatrogenia en España y que es extensible al resto de la profesión médica mundial, y es que decía lo siguiente: Lo “primero es no hacer daño”, ya que “hay que pensar que lo que podemos hacer puede ser dañoso”. Por ello, el fin, no debe ser otro que “garantizar a la población de que el ejercicio de la profesión médica no les va a perjudicar”.
Estudios y terapias han demostrado que se puede prevenir el “burnout” y reducir el estrés, sin embargo, la encuesta de Medscape revela un dato preocupante para los médicos de Estados Unidos, pero sobre todo para los que reciben la atención médica, los pacientes, y es que apenas el 45% de los médicos de hospital y el 31% de los médicos de consultorios de distintas especialidades o de clínicas de atención ambulatoria cuentan con programas de prevención.
..Emilio Ramirez