Una española de 55 años, primera víctima mortal en el mundo por apiterapia, la “acupuntura de las abejas”

Apiterapia, la llamada “acupuntura de las abejas” fue la causante de la muerte de una mujer española de 55 años en 2015. Y es que como revela un estudio de dos médicos del Hospital Ramón y Cajal, publicado en la revista The Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology, este fallecimiento fue el primero en el mundo por culpa de este tratamiento que emplea picaduras de abejas vivas en lugar de las agujas tradicionales de la acupuntura.

En concreto, esta mujer estuvo sometiéndose a sesiones de apiterapia cada cuatro semanas durante dos años para tratarse dolores musculares y el estrés.

Paula Vázquez-Revuelta y Ricardo Madrigal-Burgaleta, investigadores del Ramón y Cajal, y que fueron los que atendieron a esta mujer, afirman que “los riesgos de someterse a la apiterapia pueden exceder los supuestos beneficios” de una terapia que usan actrices como Gwyneth Paltrow o incluso la duquesa de Cambridge, Kate Middleton.

Como informa el diario El Mundo, en una de las sesiones, la primera víctima mortal en el mundo por apiterapia desarrolló “sibilancias, disnea y pérdida repentina de conciencia”, lo que hizo que los responsables de la clínica en la que estaba aplicándose esta especie de acupuntura con abejas llamaran a una ambulancia. Antes de que llegara la ambulancia, el personal de la clínica le suministro metilprednisolona, que es un esteroide que se administra para aliviar inflamaciones producidas por artritis, asma o alergias severas. El centro carecía de adrenalina que, a juicio de los dos médicos del Ramón y Cajal hubiese sido mejor su efecto que el del esteroide que se le inyectó.

Apiterapia: la evidencia científica de esta técnica es “limitada, escasa y heterogénea”

Cuando la ambulancia llegó, la presión de la mujer descendió a 42 mmHg y su frecuencia cardíaca aumentó hasta 110 pulsaciones por minuto. Rápidamente los facultativos le inyectaron una doble dosis de adrenalina, corticosteroides y antihistamínicos y la trasladaron en ambulancia al Ramón y Cajal.

En el centro hospitalario se le realizó una tomografía que confirmaba un accidente cerebrovascular, también se le hizo una radriografía de tórax y unos análisis de sangre con resultados normales. Tras estar varias semanas en coma murió por un fallo multiorgánico, lo que pone de manifiesto a juicio de los autores que la evidencia científica y toda la literatura en relación a la eficacia y seguridad de esta técnica es “limitada, escasa y heterogénea”, por lo que “lo que nos lleva a concluir que esta práctica es tanto insegura como desaconsejable”, concluyen.
..Redacción

 

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