Dr. Díaz Maroto, de SEMERGEN: “El tabaco ha de ser visto como enfermedad adictiva crónica”

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…Flor Cid.
Hace unos días celebramos el ‘Día Mundial Sin Tabaco‘. iSanidad, lo mejor de la Sanidad, ha querido conocer la opinión del Dr. José Luis Díaz Maroto, coordinador del Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), como destacado experto, sobre el papel de la Atención Primaria en la prevención y tratamiento del hábito tabáquico. El experto deja dos cosas muy claras: el tabaquismo ha de ser visto como una enfermedad, y el paciente es una clara víctima en todo este proceso.

La media de población fumadora en España de más de 16 años se sitúa en el 25%
Según los datos que se desprenden de la última Encuesta Nacional de Salud, de 2012, la media de población fumadora en España de más de 16 años se sitúa en torno al 25%. “Esto quiere decir que pueden estar fumando a diario un 27% o 28% de varones y un 21% o 22% de mujeres”, matiza. “Lógicamente, se fuma más en los tramos de edad de 25 a 55 años, llegando incluso la prevalencia a más del 30%“.

“Pueden estar fumando a diario un 27% o 28% de varones y un 21% o 22% de mujeres”

Fuera de la Encuesta, en la población juvenil la edad media de inicio se mantiene en torno a los 14 o 14 años y medio, “y es la que tendríamos que intentar que se alargara, todo lo que pudiéramos mejor, que en lugar de empezar a fumar a los 14, se empiece a fumar más tarde. Es algo que nos conviene a nivel de salud pública y de salud individual“, reclama el experto, quien también alude al consumo de alcohol, que se mantiene también en la misma edad.

Que se empiece a fumar a edades más tardías es algo que nos conviene a nivel de salud pública y de salud individual

La media de población fumadora diaria en gente joven se sitúa en el 9%, “de fumador diario, que es bastante, porque son pequeños todavía“, argumenta el Dr. Díaz Maroto. Cuando no se habla de fumador diario, sino que se refiere a un horizonte temporal mensual, la prevalencia sube hasta un 25%, un vez que el joven ha probado el tabaco. Hecho que es perjudicial, ya que “una vez que lo prueban, muchos se hacen adictos a la nicotina. Aunque no fumen a diario, si van probando, igual que con el alcochol y con el cannabis, se van haciendo adictos“.

“El tabaco es un estilo de vida no saludable, es una adicción y también es una enfermedad”
Al respecto, el Dr. enfatia mucho en la necesiad de hablar del concepto ‘tabaquismo’, más que de ‘hábito’, ya que “si es un estilo de vida no saludable, es un mal hábito, pero es una enfermedad“. Invita, por tanto, a hablar de tabaquismo como enfermedad, así como a referirse al tratamiento del tabaquismo, más que a deshabituación tabáquica, “bajo nuestro punto de vista como sociedad científica, como SEMERGEN y otras sociedades, siempre nos gusta hablar como enfermedad, y está definida como tal, como enfermedad adictiva crónica“. Hecho que, a su vez, implica que todos los profesionales de salud, ya sean de Primaria o de otras especialidades, lo aborden como una enfermedad donde, “por lo tanto, tiene que haber prevención, diagnóstico y tratamiento“, aclara el Dr.

“Si es un estilo de vida no saludable, es un mal hábito, pero es una enfermedad

Las ‘recaídas’ como factor a tener en cuenta en el tabaquismo
Estamos ante una enfermedad crónica que, “en su propia definición, ofrece el términino de recaídas“, explica el Dr. Díaz Maroto. “Yo siempre hablo de paciente fumador, que deja de fumar, pero que recae por el motivo que sea“, matiza. Es un concepto muy interesante, que en diversos congresos de expertos se aborda a través de talleres de deshabituación tabáquica, “que particularmente a mí me chirría mucho. Y decimos: taller de tratamiento de tabaquismo. Porque nosotros mismos, como profesionales de la salud, nos debemos de implicar en esta enfermedad“, argumenta.

Nosotros mismos, como profesionales de la salud, nos debemos de implicar en esta enfermedad

A su vez, el paciente ha de ser muy consciente de que padece esta enfermedad, cuando es el caso. Y es que hace años, y como continúa el Dr., no estaba muy generalizado considerar a un fumador como un enfermo. “Estaba muy mal visto, y no se lo podías decir, porque te decía: oiga, yo fumo y no estoy enfermo“, recuerda. El mismo panorama se produce con la adicción al alcohol, a la cocaína, etc. Nos recuerda el experto, “no como castigo, sino que quede el concepto claro“.

Llamamiento a la Administración Sanitaria: “Los tratamientos tienen que estar financiados”
La concienciación del paciente, la implicación del profesional médico y responsable de la prevención, diagnóstico y tratamiento; y la Administración Sanitaria, constituyen los tres pilares básicos en los que se asienta la lucha contra el tabaquismo. Concretamente, y en alusión a la Administración, el Dr. Díaz Maroto argumenta que es preciso “que se de cuenta de una vez por todas de que es una enfermedad que necesita tratamiento farmacológico, y que estos tratamientos deben estar financiados“, reclama. Un llamamiento a la Adimistración Sanitaria para que se de cuenta de que trata con un paciente con la enfermedad del tabaquismo, “que necesita tratamiento, que el mejor tratamiento es el farmacológico con el psicológico, y que los tratamientos farmacológicos actualmente no están financiados, que es un grave error por parte de la Administración“.

Es preciso que la Administración se de cuenta de una vez por todas que es una enfermedad que necesita tratamiento farmacológico, y que estos tratamientos deben estar financiados

El fumador es la víctima de todo el proceso
Son tratamientos coste efectivos, “más coste efectivos que tratar una hipertensión, o que tratar una diabetes, o tratar el colesterol“, aclara el experto. Y es que, en su opinión, “el fumador en todo esto sería la víctima de todo el proceso, porque generalmente comienza a fumar a los 14 años, sin mucha información y, en cuanto prueba el tabaco, a través de la nicotina se hace adicto, y el 80% de los que prueban el tabaco ya se hacen adictos antes de los 18 años”.

“El 80% de los que prueban el tabaco ya se hacen adictos antes de los 18 años”

El fumador que se hace adicto al tabaco, “permanece fiel al consumo de tabaco durante, como mínimo, 20 o 30 años de su vida“. De ahí que la opinión del Dr. Díaz Maroto, desde el punto de vista de una sociedad científica y desde su propio criterio, se centre en ver al paciente como víctima de todo este proceso, y no como castigo o “como si fuera un apestado a quien no se le deja fumar en ningún sitio“, aclara.

No hay que ver al paciente como si fuera un apestado a quien no se le deja fumar en nigún sitio

Algunos datos de interés en España: 56.000 fallecidos al año a causa del tabaco
En nuestro país fallecen anualmente 56.000 personas víctimas del consumo de tabaco. Cifra nada desdeñable ni siquera en comparación con el número de fallecidos por accidente de tráfico, que se sitúa en 1.200. Otro dato importante que aporta el experto es el número de fallecidas en España a causa del cáncer de mama, que son hasta 6.000, según datos oficiales de 2016, los últimos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE). En lo que respecta a las muertes por cáncer de pulmón, continuando con la comparativa, el número de mujeres fallecidas se sitúa en 4.300 (siendo responsable el tabaquismo en el 90% de los casos); y 17.000 varones fallecidos por esta misma causa, también en 2016. En definitiva, 21.000 fallecidos entre hombres y mujeres por cáncer de pulmón, donde el 90% es a causa del consumo de tabaco.

21.000 fallecidos entre hombres y mujeres por cáncer de pulmón, donde el 90% es a causa del consumo de tabaco

El consumo de tabaco se relaciona con la producción de más de 26 enfermedades, al llevar 4.000 sustancias tóxicas
A esta cifra de fallecidos hay que sumarle el 40% por enfermedad cardiovascular, el 80%-90% por EPOC, más otros tipos de cánceres que señala el experto: vejiga, riñón, páncreas, estómago, laringe, etc. Y es que “el consumo de tabaco se relaciona con la producción de más de 26 enfermedades“, explica el Dr., al llevar incluidas 4.000 sustancias tóxicas. Algo que afecta de manera global, “y como es un consumo crónico, que fumas como 20 o 30 años en tu vida, afecta prácticamente a todo el organismo“. Degeneración macular, laringitis, tumor de laringe, cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, bronquitis crónica, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, osteoporosis, impotencia, aborto, parto prematuro… La lista de patologías es interminable.

“Como es un consumo crónico, que fumas como 20 o 30 años en tu vida, afecta prácticamente a todo el organismo”

Pero es que, además, el consumo de tabaco afecta también a la estética del paciente, “muchísimo, y sobre todo en la mujer. El mejor tratamiento de belleza para una mujer es no fumar“, matiza. El consumo de tabaco afecta a la piel, se hace menos tersa, se arruga más, el color es más cetrino, etc. También repercute en los dedos y en la boca. Y, por supuesto, en el rendimiento deportivo. Al respecto, el Dr. apuesta por la necesidad de resaltar más las ventajas que los perjucios, para concienciar a la población joven y que no se inicie en su consumo.

El consumo de tabaco afecta muchísimo a la estética del paciente, sobre todo en la mujer. El mejor tratamiento de belleza para una mujer es no fumar”

El papel de la Atención Primaria en el abordaje del tabaquismo
La Atención Primaria desempeña un papel fundamental en el abordaje del tabaquismo. “Tenemos dos labores inherentes que, si no lo hacemos nosotros, no lo va a hacer nadie. Y son la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad“, remarca el experto. “Como médicos y también como enfermeros de cabecera, tenemos la oportunidad de tratar a un paciente cuando viene a nuestra consulta“. De ahí que apueste por preguntar siempre al paciente, y aunque acuda por otro motivo de consulta, si consume tabaco. “Aunque venga por otro motivo, como una gripe, o lo que sea, siempre tenemos que preguntarle dos cosas: ¿fuma usted? ¿Ha fumado alguna vez? Y felicitarle o potenciarle para que no recaiga. Y si dice que fuma, la segunda pregunta sería: ¿quiere usted dejar de fumar?”. Y es que Atención Primaria tiene ante sí esta gran oportunidad de tener al paciente sentado para poder realizarle estas cuestiones clave, “aunque las hagan también en otras especialidades“, matiza el Dr.

Tenemos dos labores inherentes que, si no lo hacemos nosotros, no lo va a hacer nadie. Y son la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad

Por su parte, Atención Primaria también tiene un convenio con las farmacias comunitarias, a través de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC), “para que las personas que vayan a las farmacias puedan ser orientadas, de acuerdo con los médicos de cabecera“. Se trata de un acuerdo bidireccional.

Falta bastante prevención
Como retos a futuro, el experto señala que “falta bastante prevención y aprovechar la revisión de los niños sanos, cuando hacemos pediatría y les ponemos las vacunas, y ahí es muy importante que actuemos. Es decir, que cuando los padres o los tutores vayan con los niños a sus reconocimientos, aprovechemos, y así está recogido en los protocolos, y preguntemos a los padres si fuman, como modelos para sus hijos y para hacer la prevención para que los hijos no fumen a una edad más tardía“. Y es que en esta patología, desde edades tempranas, la implicación de los padres también resulta fundamental, “igual que los padres se han concienciado, por ejemplo, de poner las sillitas y cinturones en los coches cuando viajan, y hace 10 años no. Pues es otra prevención“, matiza.

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