..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
La semana ha venido marcada por la convalidación del real decreto de universalidad y con la sensación de que poco ha cambiado en el Sistema Nacional de Salud para el bombo que se le viene dando. Nadie duda de que era necesario normalizar la atención sanitaria a los inmigrantes en situación irregular, pero se le ha dotado de un carácter de urgencia innecesario, porque los médicos y las comunidades autónomas habían creado los mecanismos para que este colectivo no quedara desamparado.
En el debate previo para la convalidación de este real decreto, el portavoz de Sanidad de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Francisco Igea, llamaba la atención sobre otra cuestión que requiere una actuación urgente: una cartera de servicios única en el Sistema Nacional de Salud. También lo hacía un día después el Dr. José Luis Llisterri, presidente de SEMERGEN, en la inauguración de su nueva sede. Son muchos los profesionales que vienen advirtiendo de que las desigualdades son cada vez más evidentes en el sistema sanitario. La equidad ha sido la gran perjudicada de este real decreto 16/2012, que sigue vigente a excepción del apartado de la atención sanitaria a inmigrantes en situación irregular.
La equidad ha sido la gran perjudicada de este real decreto 16/2012, que sigue vigente a excepción del apartado de la atención sanitaria a inmigrantes en situación irregular
El decreto aprobado en la etapa de Ana Mato al frente del Ministerio de Sanidad abría la puerta para que las comunidades autónomas establecieran su propia cartera de servicios. Han pasado ya seis años y medio y poco a poco las autonomías han ido separando sus caminos. Llevar a cabo ahora una reforma que iguale la oferta sanitaria de las comunidades autónomas va a ser una tarea más que complicada, especialmente porque habrá regiones que lo consideren una injerencia del Gobierno en su estrategia de salud.
La universalidad debe ir acompañada de la equidad en el sistema sanitario. No tienen sentido la una sin la otra y para ello resulta necesario abordar, por un lado, este real decreto 16/2012, y, por otro, la financiación sanitaria. La tarea resulta complicada para esta legislatura, pero requeriría un monográfico o dos del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.