..Elena Santa María.
Con motivo de la celebración de la 3º Asamblea General del proyecto Harmony de Big Data aplicado a las enfermedades hematológicas, sus coordinadores, los doctores españoles, Guillermo Sanz, jefe de Servicio de Hematología del Hospital de La Fe de Valencia, y Jesús M. Hernández de la Universidad de Salamanca; han valorado en iSanidad. Lo mejor de la Sanidad, los logros alcanzados hasta el momento y las posibilidades de futuro que ofrece.
Harmony destaca por ser un proyecto pionero en muchos aspectos. Además de contar con colaboración público-privada, es el primero en el que están representados como socios –de momento 53, aunque es previsible que esta cifra aumente- todos los agentes sociales implicados en el tratamiento y manejo del paciente con neoplasias y cánceres. Explica Guillermo Sanz, que entre los socios se incluyen “asociaciones de pacientes, instituciones académicas, hospitales de excelencia europeos, compañías farmacéuticas, grandes biotecnológicas, agencias reguladoras del medicamento –como la alemana o la española-y agencias evaluadoras de tecnología sanitaria” de 11 países.
Harmony es el primer proyecto en el que están representados como socios todos los agentes sociales implicados en el tratamiento y manejo del paciente con neoplasias y cánceres
Entre todos los socios, hay una notable presencia española; y no es casual, señala Jesús Hernández, porque la hematología española es líder a nivel mundial en muchos aspectos. Por ejemplo, explica, “el congreso de la hematología española es más antiguo que el congreso de la hematología americana, es una sociedad anterior a la americana”. El doctor de Salamanca destaca “el grupo español de mieloma, reconocido como uno de los mejores grupos mundiales en el campo, con la participación de muchísimos profesionales”, el estudio de la leucemia aguda en Valencia, en el top 3 mundial, o de la leucemia linfática crónica en Barcelona, entre otros muchos. De hecho, este proyecto está siendo coordinado desde España, por los dos doctores mencionados, desde la Universidad de Salamanca, el IBSAL y el Hospital de La Fe de Valencia. Pero insiste el Dr. Hernández, habría que nombrar además a varios miembros, líderes de opinión, que son imprescindibles en el proyecto, como “el profesor San Miguel, de la Clínica Universitaria de Navarra; el profesor José María Rivera, de la Fundación Josep Carreras; y el Dr. Francesc Bosch, jefe de Servicio de Hematología del Vall’Hebron”. Menciona también a GMV, “una empresa española de biotecnología que está aportando muchísimo valor cualitativo al proyecto y que desde el primer momento ha sido uno de los combustibles que hemos utilizado para sacar el proyecto adelante”; y a la Agencia Española del Medicamento.
El grupo español de mieloma está reconocido como uno de los mejores grupos mundiales en el campo
El objetivo fundamental de la alianza Harmony, tal y como lo explica el Dr. Sanz, “es mejorar los resultados en salud de los enfermos con cánceres hematológicos”. Pero antes de llegar a ese resultado final se han tenido que enfrentar a diversos obstáculos a la hora de preparar la plataforma para comenzar a recolectar datos. El principal ha sido que “hemos tenido la mala fortuna de que se haya cambiado toda la normativa regulatoria de protección de datos” expone el jefe de hematología de La Fe. Problema en el que han estado trabajando en los últimos meses. “Nos ha causado muchos problemas porque en un tema tan sensible en datos como es el tema de la salud, queríamos estar absolutamente seguros de que el camino que íbamos a tomar era el camino correcto. Creo que los mecanismos de seguridad de anonimización de datos, de acceso a la plataforma, de encriptación de datos, son lo más cercano a la perfección que se puede hacer, y de hecho, estoy convencido de que van a ser el sistema que otros proyectos europeos van a seguir a partir de ahora”. De hecho, la plataforma ya está funcionando y cuenta en su base con los datos de los primeros pacientes de los más de 100.000 que se esperan.
Guillermo Sanz es optimista y cree que una vez solucionado este obstáculo, están en condiciones de alcanzar sus objetivos en el tiempo previsto. Aunque reconoce que “el proyecto Harmony es el cuento de nunca acabar porque a nadie se le escapa que si uno es capaz de construir un repositorio con datos de elevada calidad de más de 100.000 pacientes de toda Europa en un ámbito de enfermedades como las neoplasias hematológicas, que son enfermedades raras, lo que uno tiene que hacer es dar futuro a este proyecto y mantenerlo en el tiempo”, mostrando así de la posibilidad de alargarlo más allá de los 5 años acordados en un principio.
Los mecanismos de seguridad de anonimización de datos, de acceso a la plataforma, de encriptación de datos, son lo más cercano a la perfección que se puede hacer
Respecto a los logros alcanzados hasta ahora, Jesús M. Hernández destaca el entendimiento entre los diferentes socios del consorcio y el hecho de que los datos sean capaces de viajar por Europa, “suena sencillo pero es más fácil para una persona viajar por Europa que para un dato atravesar las fronteras” aclara. Señala un tercer logro, que es la armonización de los datos, “de manera que si en algún momento se produjera alguna situación que nadie desea, nadie pueda tener acceso al historial de ese enfermo”. En cuento a las enfermedades incluidas en el proyecto, el Dr. Sanz las numera: “leucemias agudas mieloblástica y linfoblástica, los síndromes mielodisplásticos,, el mieloma múltiple, la leucemia linfática crónica, el linfoma no hodgkin y las neoplasias hematológicas pediátricas”. Pero los mayores resultados se esperan para los próximos meses; también Sanz, explica que “a partir de ahora el crecimiento va a ser exponencial como cualquier proyecto de los que emplean nueva tecnología, tras dos años en una parte un poco más plana, la curva va a empezar a cambiar”.
El proyecto incluye leucemias agudas mieloblástica y linfoblástica, los síndromes mielodisplásticos,, el mieloma múltiple, la leucemia linfática crónica, el linfoma no hodgkin y las neoplasias hematológicas pediátricas
El principal beneficio que se obtendrá será conocer cómo es el mapa de estas alteraciones genéticas de los enfermos con neoplasias hematológicas, con lo cual “va a ser más sencillo el poder desarrollar un ensayo clínico, estando todos los agentes sociales implicados, va a ser posible llegar a medidas consensuadas entre todos de qué es lo que se debe evaluar para poder considerar que un fármaco debe ser introducido en el mercado” indica Guillermo Sanz. Y sin duda el gran beneficiario será el enfermo. En palabras de Jesús Hernández, “si conocemos mejor cómo funcionan las enfermedades hematológicas y conocemos mejor cuáles son las características que hacen que un enfermo responda a un tratamiento o no vamos a tener más posibilidad de tratar mucho mejor a nuestros enfermos”. Además, añade Sanz, “van a poder disponer de fármacos más eficaces y menos tóxicos en un tiempo mucho menor del que se precisa en la actualidad y a un coste más bajo”.
Pero no solo los enfermos se van a beneficiar, también las agencias reguladoras, porque van a estar en disposición de aprobar los nuevos medicamentos con conocimiento de causa. Las compañías farmacéuticas van a precisar menor número de pacientes para realizar ensayos clínicos. Y concluye el Dr. Hernández, habrá un beneficio común para todo el sistema sanitario, puesto que “todo el mundo se tiene que beneficiar de poder compartir y poder prestar datos, de poder llegar a conocer mejor las enfermedades, para poder tratarlas mejor”.