Los programas de cribado del cáncer de mama reducen un 30% las tasas de mortalidad

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..Redacción.
El cáncer de mama sigue siendo el tipo de tumor más frecuente en las mujeres. De hecho, las estimaciones hablan de que 1 de cada 8 mujeres sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida. Además, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, en 2018 se producirán 32.825 nuevos casos de este tipo de tumor, superando la cifra del año 2015, cuando se registraron 27.700 casos.

Dr. Luna: “Los programas de cribado pueden reducir la tasa de mortalidad de este cáncer un 30% y en la actualidad se tiende a la personalización de estos programas para reducir aún más la mortalidad”

Para el doctor Juan Luna, jefe del Servicio de Ginecología y miembro de la Unidad Integral de Patología Mamaria del Hospital La Milagrosa de Madrid, “afortunadamente los programas de cribado pueden reducir la tasa de mortalidad de este cáncer un 30%, y en la actualidad se tiende a la personalización de estos programas para reducir aún más la mortalidad. Estos programas de screening se prescriben a cada paciente en la consulta de su ginecólogo en base a su historia clínica, en la quedan reflejados los antecedentes familiares, tanto genéticos como posiblemente hereditarios, así como las pruebas que se realizan en la consulta de forma periódica”.

Por este motivo, añade el experto, “es recomendable que todas las mujeres acudan a su ginecólogo en edades tempranas, ya que es la mejor forma de prevenir no sólo el cáncer de mama, si no cualquier otro tipo de enfermedad ginecológica”.

Existen tres niveles de riesgo de padecer cáncer de mama. El primero de ellos es un riesgo alto y en este grupo se encuentran aquellas mujeres que tienen una mutación genética que produce una alta predisposición a padecer este tipo de cáncer

Niveles de riesgo
Existen tres niveles de riesgo de padecer cáncer de mama. El primero de ellos es un riesgo alto y en este grupo se encuentran aquellas mujeres que tienen una mutación genética que produce una alta predisposición a padecer este tipo de cáncer. Este grupo representa en torno al 8 y el 10% de las mujeres. “Las mutaciones genéticas más conocidas son BRCA 1 y BRCA 2. Estas mujeres tienen entre un 50 y un 80% más de posibilidades de padecer un cáncer de mama que el resto. Normalmente, estas pacientes han tenido un familiar con la misma mutación, lo que nos hace a los ginecólogos pedir un estudio genético”, afirma el Dr. Luna.

Para este grupo se recomienda realizar una resonancia magnética y una mamografía, de forma alterna, cada seis meses a partir de los 25 -30 años. Dentro de este grupo de riesgo alto también se encuentran las mujeres que han tenido que ser sometidas a radioterapia torácica a edades tempranas. “El protocolo de cribado es el mismo que en las mujeres con mutaciones genéticas, pero debe comenzar a partir de los 30 años de edad” explica el ginecólogo.

El segundo nivel de riesgo es intermedio y engloba a las mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de mama y que han tenido una lesión potencialmente malignizable en la mama

El segundo nivel de riesgo es intermedio y engloba a las mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de mama (sin mutaciones genéticas) y que han tenido una lesión potencialmente malignizable en la mama. Este grupo supone entre el 15-20% del total de la población femenina. Las lesiones potencialmente malignizables pueden ser de riesgo muy bajo, como masas de alta densidad tipo D y fibroadenomas; y lesiones de alto riesgo entre las que se incluyen las hiperplasias atípicas, cicatrices radiales, fibrosis esclerosante y/o tumores filoides . Las pacientes incluidas en este grupo de riesgo deben someterse a un cribado anual consistente en la realización de una mamografía bilateral y una ecografía de mama a partir de los 40 años de edad.

Por último se encuentra el tercer nivel de riesgo bajo, un grupo más amplio que representa al 75% de la población. Se trata de aquellas mujeres en las que el cáncer de mama se presenta de forma ocasional, es decir, sin una causa que justifique su aparición. El cribado para este grupo de riesgo consiste en una una mamografía bianual entre los 50 y los 69 años de edad.

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