..Redacción/Foto destacada: UPV/EHU.
El Departamento de Química Física de la UPV/EHU y el Instituto Biofísika ha llevado a cabo un estudio multidisciplinar del antígeno Tn que aparece en el 90% de los cánceres. El trabajo ha tenido una gran relevancia y es que ha sido destacado como el mejor del mes por la prestigiosa revista de temática química Journal of the American Chemical Society (JACS).
Como recoge en un comunicado la institución universitaria, en el 90% de los cánceres aparece el antígeno Tn, y está asociado con la metástasis. En palabras de Emilio José Cocinero, miembro del Departamento de Química Física de la UPV/EHU y del Instituto de Biofísika, y uno de los autores principales del trabajo, el antígeno TN “son unos biomarcadores muy prometedores para identificar células cancerígenas y se han convertido en dianas muy atractivas para terapias contra el cáncer”.
Se han estudiado dos variantes, en principio similares de antígenos TN, que solamente se diferencian en un aminoácido de serina o treonina
En concreto, en este trabajo se han estudiado dos variantes que, aparentemente similares de antígenos Tn, se diferencian solamente en un aminoácido de serina o treonina. Sin embargo, “hemos observado, que tienen un comportamiento muy diferente en agua”, especifica Cocinero.
Con un “enfoque tanto experimental como computacional, hemos demostrado que el antígeno Tn unido a la treonina asume una forma rígida en disolución gracias a una molécula de agua que contribuye a estabilizar la estructura. Por el contrario, el antígeno Tn unido a la serina carece del elemento estructural y es flexible en disolución”, añade el investigador de la UPV/EHU. Treonina
“Estas diferencias no se observaron en los estudios de fase gaseosa y ambas moléculas se comportan exactamente igual, lo ha permitido conocer, por primera vez, y de forma inequívoca, el papel del agua en la estructura tridimensional de estas moléculas”, afirma.
La importancia del papel activo del agua para cambiar la estructura de los dos antígenos analizados
El papel activo del agua implicaba ser conocido más de cerca, por eso, como explica Emilio José Cocinero, “hemos ido añadiendo las moléculas de agua de una en una para ver cómo se comportaba el antígeno Tn. Hemos observado que añadiendo una sola molécula de agua era suficiente para que cambiara la estructura de los dos antígenos, y de hecho, el agua se localizaba en diferentes partes de la molécula”.
Ahondando más en este aspecto, señala que “es probable que las diferentes conformaciones del antígeno Tn den lugar a interacciones distintas con receptores celulares y anticuerpos, y la compresión de estas estructuras puede facilitar el diseño de herramientas de detección más eficaces y fármacos anticancerígenos”.
Proyecto a largo plazo para intentar crear potenciales vacunas contra el cáncer
“Este trabajo en concreto”, prosigue Cocinero, “está dentro de un proyecto a largo plazo que está encaminado a intentar generar potenciales vacunas contra el cáncer”.
Sin embargo, el antígeno Tn plantea un problema, y es que como indica el autor del trabajo, “también lo tenemos naturalmente en el cuerpo, con lo cual la respuesta inmune del cuerpo es muy baja porque nuestro cuerpo no lo ve como un agente extraño”. No obstante, “sí que hemos observado que si aumenta la concentración de esta molécula, se trata de que el cáncer está desarrollado”, lo que permitiría poder “seguir la evolución de esta molécula para conocer el nivel de desarrollo del cáncer”.
Finalmente, concluye el comunicado en palabras de Emilio José Cocinero que “en un futuro lo ideal sería que se pudieran crear moléculas sintéticas que no estuvieran en nuestro cuerpo y que tuvieran la misma estructura que el antígeno Tn, para que de esta manera el cuerpo la viera como un agente extraño, desencadenando así una respuesta inmune mayor contra las células tumorales”.
También han colaborado en el estudio Francisco Corzana de la Universidad de La Rioja y Ramón Hurtado de la Fundación ARAID.
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