..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
Que el sector sanitario profesional prácticamente no trasciende al ámbito general es algo sabido. Hasta que no hay elecciones nadie se acuerda de las necesidades de los pacientes y de los profesionales. Eso sí, cuando hay elecciones se habla de salud, de sanidad, de la importancia de lo sociosanitario, del porcentaje del PIB, de los tratamientos, de los hospitales, de… una vez pasadas las elecciones todo vuelve de nuevo al ostracismo.
¡Qué interesante sería poner un relator entre la administración y los profesionales de la salud!
Pedro Sánchez ha puesto de moda la figura del relator, una persona que intermedia entre unos y otros para ayudar a llegar a un acuerdo. Y claro, ha surgido inmediatamente la comparación. ¡Qué interesante sería poner un relator entre la administración (Gobierno Central y Autonomías) y los profesionales de la salud! Se podrían revisar temas como las condiciones laborales, la renovación tecnológica, las horas extras, la falta de profesionales, los errores en el examen MIR, los beneficios de la colaboración público-privada, el modelo Alzira, la situación de la investigación en España, las agresiones, la seguridad del paciente, la humanización… pero no, parece que los Presupuestos Generales del Estado, la independencia de Cataluña o los libros de autor tienen más necesidad de “relator”.
Desde hace años se está pidiendo un pacto por la sanidad y dejar de lado los colores políticos para mejorar el sistema, algo que, en realidad, es una utopía. Sin “tejemanejes” en la sanidad se reducen las posibilidades de enchufar a amigos, de “poner el cazo” en los concursos públicos o sacar pecho en cualquier televisión.
Si el relator de Pedro Sánchez para la sanidad fuera una persona ecuánime, limpia, insobornable, digna, honrada, neutral, profesional, con conocimiento, positiva, experta, sin intereses de ningún tipo, en realidad sería muy parecida a Buzz Lightyear, a Mickey Mouse o a Blancanieves, es decir, un personaje de ficción.
Si el relator de Pedro Sánchez para la sanidad fuera una persona ecuánime, limpia, insobornable, digna, honrada, neutral, profesional, con conocimiento, positiva, experta, sin intereses de ningún tipo, en realidad sería muy parecida a Buzz Lightyear, a Mickey Mouse o a Blancanieves, es decir, un personaje de ficción
Hasta que la situación no cambie del todo no habrá “relatores” en sanidad porque no parece que el tema suscite suficiente interés.