Acostumbrados a la convulsión política que deja fuera de juego al sistema sanitario

..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
España está en plena convulsión política, que se traduce en inseguridad e inacción: Elecciones generales, Cataluña y el procés, los presupuestos generales del estado, la economía, Venezuela, el comisario Villarejo, la corrupción política… nada hace pensar en la tranquilidad futura del ciudadano, ni con unas elecciones generales.

Y lo peor de todo es la costumbre, parece que nos hemos acostumbrado a este tipo de noticias, insulsas y sin recorrido estructural. Poder funcionar al ralentí es un defecto del sistema porque no termina de explotar, de verse necesitado de soluciones.

El político, por definición, no quiere pasar al ostracismo, quiere mantener el protagonismo a cualquier precio. Con la realidad actual, sin visión de futuro, de falta de proyectos e intereses personales y partidistas parece que solo queda espacio para los “gestos”, nadie afronta los cambios porque pueden desgastar, en votos, a quien los lidere.

Esta forma de actuar alcanza de lleno al ámbito sanitario. Para distraer la atención del parón total por el que transitan las decisiones de calado se hacen gestos como avisar de un propio sistema de verificación de medicamentos, a pesar de que SEVeM lleva más de tres años trabajando, o se cambia el consejo asesor limitando al mínimo la presencia de farmacia y enfermería y dejando fuera al sector tecnológico, a la industria farmacéutica y la sanidad privada (¿de verdad alguien podía pensar que el Gobierno de Pedro Sánchez no iba a utilizar un altavoz como este para demostrar su profundo desprecio hacia lo privado y lo concertado?).

Nos hemos acostumbrado a las protestas, como la de los profesionales de Atención Primaria pidiendo una redefinición del sistema, que está colapsado.

De todas maneras, los recientes cambios en las circunstancias del Gobierno parecen augurar que el Consejo Asesor no llegará a tomar posesión. Puede ser otra oportunidad más que se utiliza y se pierde llevando al “hartazgo” a quienes sí quieren participar de una mejora de la situación.

Tal es así que incluso nos hemos acostumbrado a las protestas, como la de los profesionales de Atención Primaria pidiendo una redefinición del sistema, que está colapsado. No, la protesta esencial no es la subida salarial, la protesta es un nuevo sistema que mejore lo hay porque el sistema nacional de salud está en plena decadencia, ha dejado de ser el mejor y pronto dejará de ser de los mejores si las cosas no cambian.

No son necesarios más gestos, es necesario tomar decisiones en base a buenos análisis, sin posicionamiento político, solo práctico, es decir, proyectos que beneficien al paciente, al profesional de la salud

No nos engañemos, no se trata del PSOE, ahora partido del Gobierno Central, con los demás partidos, que están en las Comunidades Autónomas, ha pasado y está pasando lo mismo.

Lo que el ciudadano pide es un nuevo sistema, con presente y con futuro. Por eso lo que pedimos es que nos cambien a los protagonistas que hay hoy en un bando y en otro- y nos traigan a profesionales con ganas de mejorar. No son necesarios más gestos, es necesario tomar decisiones en base a buenos análisis, sin posicionamiento político, solo práctico, es decir, proyectos que beneficien al paciente, al profesional de la salud, al ciudadano, aunque no haya beneficios para el partido.

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