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La administración de fármacos para tratar patologías respiratorias ha avanzado gracias al uso de los inhaladores, que logran depositar el fármaco en el lugar donde debe actuar, evitando así que afecte a otras partes del organismo y con efectos secundarios. Sin embargo, los expertos avisan de que aunque es una gran ventaja, su vía de administración supone también un problema.
Los inhaladores logran depositar el fármaco en el lugar donde debe actuar, evitando así que afecte a otras partes del organismo
El doctor Mario Bárcena, miembro del Grupo de Trabajo de Respiratorio de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) explica que los inhaladores no son tan fáciles como tragar un comprimido o aplicar un inyectable. “Precisa de unas habilidades por parte del paciente y de unas características físicas, como la capacidad inspiratoria, que no siempre se tienen en cuenta”, señala el experto.
Con el fin de realizar una actualización en patología respiratoria enfocada a profesionales de Atención Primaria, la SEMG organizo hace unos días en Valladolid la VI Jornada Dual Neumológica. Aunque existe una gran variedad de dispositivos para el tratamiento de la epoc y del asma, todos resultan eficaces si se usan bien. Para el Dr. Bárcena el problema está en que “no se suelen utilizar bien, a lo que se añade que el nivel de incumplimiento de la posología indicada es todavía mayor en asma y epoc que en otras enfermedades crónicas”.
Dr. Bárcena: “No se suelen utilizar bien, a lo que se añade que el nivel de incumplimiento de la posología indicada es todavía mayor en asma y epoc”
Además de que “la técnica de inhalación incorrecta es inaceptablemente frecuente”, ésta no ha mejorado en los últimos 40 años, tal y como constata una Revisión sistemática sobre errores en el uso del inhalador por parte de los pacientes, realizada sobre 144 artículos publicados entre 1975 y 2014, cuyos autores concluían que eran “necesarios con urgencia nuevos enfoques en la educación” en el manejo de estos dispositivos.
Errores más comunes
Según informó el portavoz de la SEMG, los errores críticos más frecuentes y comunes a todos los dispositivos son no realizar la espiración previa a la utilización del inhalador y no realizar la apnea después de la inhalación. En los cartuchos presurizados es muy frecuente (45%) no realizar bien la coordinación entre inhalación y la pulsación del dispositivo. La pulsación debe ser inmediatamente posterior al inicio de la maniobra inspiratoria que será lenta y constante y, en los de polvo seco, es habitual el no hacer la inspiración profunda y enérgica (44%), o no tener la capacidad inspiratoria suficiente para poder realizarla.
Los errores más comunes son no realizar la espiración previa a la utilización del inhalador y no realizar la apnea después de la inhalación
También son errores críticos, según el doctor, no quitar la tapa del inhalador, no agitar antes de utilizar los dispositivos que lo requieren, no sellar bien con los labios la boquilla, colocar en posición inadecuada el dispositivo o realizar la maniobra inspiratoria a través de la nariz en lugar de por la boca.
“Para evitar los errores es fundamental la educación a los pacientes en la utilización de los dispositivos, tanto por los médicos prescriptores como por enfermería, antes de comenzar el tratamiento; pero también es imprescindible comprobar a lo largo del tiempo, aprovechando controles o agudizaciones, cómo los usan”, concluye el Dr. Bárcena.
